Las tensiones entre Irán e Israel han alcanzado un nuevo pico tras las recientes afirmaciones del ministro de Exteriores iraní, Abás Araqchí, quien ha declarado que cuenta con «pruebas sólidas» de que Estados Unidos ha brindado apoyo a Israel en su ofensiva militar contra Irán. Esta declaración se produjo en un encuentro con diplomáticos extranjeros, donde Araqchí subrayó que la agresión israelí no habría sido posible sin la colaboración estadounidense.
Araqchí también mencionó que, a pesar de recibir mensajes privados de Estados Unidos negando su participación en los ataques, Irán no confía en estas afirmaciones. «Los mensajes privados no son suficientes», afirmó, instando a Washington a condenar públicamente los ataques israelíes contra las instalaciones nucleares de Irán. Esta situación se complica aún más por la falta de relaciones diplomáticas directas entre ambos países, que a menudo se comunican a través de intermediarios como Suiza, Omán o Catar.
### La Escalada del Conflicto
La reciente escalada de violencia se ha intensificado desde que Israel lanzó una ofensiva militar en la madrugada del jueves al viernes, lo que ha llevado a un intercambio de ataques entre ambos países. Araqchí, en su discurso, enfatizó que Irán está dispuesto a detener sus ataques si Israel cesa su agresión. Sin embargo, la situación es tensa, y las hostilidades continúan.
Durante la noche del domingo, Israel llevó a cabo ataques aéreos que alcanzaron al menos dos instalaciones energéticas en Teherán, mientras que Irán respondió con misiles y drones dirigidos a objetivos en el Estado judío. Los informes indican que un depósito de combustible en Teherán fue alcanzado, provocando un incendio significativo, y que una refinería en el sur de la capital también sufrió daños.
La Guardia Revolucionaria de Irán ha declarado que sus ataques están dirigidos a instalaciones de producción de combustible para aviones de combate y otros centros estratégicos en Israel. El general de brigada Ali Mohammad Naeini, en un discurso televisado, advirtió que las operaciones ofensivas de las fuerzas armadas iraníes se intensificarán si las agresiones continúan.
Por su parte, los medios israelíes han confirmado que los ataques han causado víctimas, con al menos ocho muertos y más de 150 heridos en diferentes localidades, incluyendo Bat Yam y Sefelá. Desde el inicio de la ofensiva israelí, se ha reportado que más de 100 personas han muerto en Irán, incluidos altos mandos militares y científicos nucleares involucrados en el programa de enriquecimiento de uranio del país.
### La Reacción Internacional y el Futuro de las Negociaciones
La comunidad internacional observa con preocupación la escalada del conflicto, especialmente en un momento en que las negociaciones sobre el programa nuclear iraní estaban en curso. Estas conversaciones, que comenzaron el 12 de abril, se han visto interrumpidas por los recientes ataques israelíes, lo que ha llevado a Irán a decidir no participar en la nueva ronda de negociaciones programada para el domingo en Omán.
Mientras tanto, las potencias europeas, como Francia y el Reino Unido, han instado a la desescalada en la región, aunque han evitado condenar explícitamente a Israel o sus objetivos. Esta ambigüedad en la respuesta internacional refleja la complejidad de la situación y las diversas alianzas en juego.
La falta de un enfoque claro por parte de la comunidad internacional podría agravar aún más la situación, ya que tanto Irán como Israel parecen estar en un camino de confrontación directa. La posibilidad de un conflicto a gran escala es una preocupación real, y las acciones de ambos países en los próximos días serán cruciales para determinar el rumbo de la crisis.
En este contexto, la retórica de ambos lados se ha intensificado, y las promesas de represalias y defensa propia se han vuelto comunes. La situación actual no solo afecta a Irán e Israel, sino que también tiene implicaciones más amplias para la estabilidad en el Medio Oriente y las relaciones internacionales en general. A medida que las hostilidades continúan, el mundo observa con ansiedad, esperando que se encuentre una solución pacífica a este conflicto en aumento.