Zahara de la Sierra, un encantador pueblo en la Sierra de Cádiz, ha hecho historia al convertirse en el primer municipio de España en implementar una jornada laboral de cuatro días. Esta innovadora medida, que permite a sus 32 empleados públicos trabajar 35 horas semanales, ha captado la atención de otros ayuntamientos y medios de comunicación, convirtiéndose en un modelo a seguir para la administración pública.
La iniciativa, impulsada por el alcalde Santiago Galván, se basa en la premisa de que una reducción en la jornada laboral puede llevar a un aumento en la felicidad y productividad de los trabajadores. Desde el pasado viernes, los empleados tienen la opción de distribuir sus horas laborales en cuatro días, eligiendo entre librar los lunes o viernes, y trabajando una o dos tardes para completar su jornada. Esta flexibilidad no solo busca mejorar la calidad de vida de los empleados, sino también optimizar los servicios públicos que ofrece el ayuntamiento.
### Un Cambio Necesario en el Entorno Laboral
La decisión de implementar la jornada de cuatro días no fue tomada a la ligera. Santiago Galván, economista de 45 años y alcalde en su segundo mandato, había estado considerando esta opción durante varios meses. En una cena de Navidad, compartió su idea con los trabajadores, quienes respondieron con entusiasmo. «Era un compromiso que tenía con la plantilla desde hace tres o cuatro años cuando hicieron esta propuesta sindical», explica Galván.
La jornada laboral anterior era de 37,5 horas semanales, y la reducción a 35 horas es un paso significativo hacia un entorno laboral más saludable. Según el alcalde, hay evidencia de que empresas privadas que han adoptado la jornada de cuatro días han visto mejoras en la salud de sus empleados, incluyendo una reducción en las tasas de colesterol. Esto refuerza la idea de que un trabajador feliz y descansado es más productivo.
El sindicato CSIF también ha respaldado esta medida, considerándola pionera y un ejemplo a seguir por otras administraciones. La experiencia previa en el ayuntamiento de Valencia, aunque no tuvo continuidad, sirvió como referencia para Zahara de la Sierra. La implementación de esta jornada laboral no solo beneficia a los empleados, sino que también permite al ayuntamiento ampliar sus horarios de atención al público, mejorando así la calidad del servicio.
### La Experiencia de los Empleados
Desde que se anunció la nueva jornada laboral, la mitad de la plantilla municipal ha solicitado pasar a la jornada de cuatro días. Auxi Rascón, una auxiliar administrativa de 53 años, fue la primera en hacerlo. Su entusiasmo es palpable: «Me lo voy a dedicar a mí misma y a mi familia», comenta. Con la nueva jornada, planea disfrutar de un desayuno más largo y dedicar tiempo a actividades personales que antes no podía realizar.
La felicidad de los empleados es un objetivo primordial para Galván. «Cuando un empleado está feliz, rinde mucho más y en términos de rentabilidad y eficiencia es mejor; es de primero Recursos Humanos», afirma. Este enfoque en el bienestar de los trabajadores es un cambio de paradigma en la administración pública, donde a menudo se priorizan las horas trabajadas sobre la calidad de vida.
El alcalde también destaca que el 95% de los empleados del ayuntamiento son excepcionales, un porcentaje que pocos municipios pueden igualar. Sin embargo, él mismo no se acogerá a la jornada de cuatro días, ya que su rol como alcalde requiere una dedicación constante. «Los alcaldes estamos 24/7», bromea Galván, mientras continúa promoviendo las maravillas de Zahara de la Sierra.
Este pueblo no solo es un lugar de trabajo, sino también un destino turístico atractivo, con su impresionante paisaje natural y su rica historia. Galván invita a todos a visitar Zahara, describiéndolo como uno de los pueblos más bonitos de España, con una playa interior artificial y una oferta gastronómica variada.
La implementación de la jornada laboral de cuatro días en Zahara de la Sierra podría marcar el inicio de un cambio más amplio en la forma en que se concibe el trabajo en el sector público. A medida que más municipios y empresas consideren esta opción, la experiencia de Zahara servirá como un ejemplo inspirador de cómo priorizar el bienestar de los empleados puede resultar en beneficios tanto para los trabajadores como para la comunidad en general.