Las condiciones de vida de los inmigrantes en Mauritania han sido objeto de un reciente informe de Human Rights Watch, que revela un panorama desolador de violaciones de derechos humanos. Este documento, que se basa en más de cuatro años de investigación, expone cómo las fuerzas de seguridad mauritanas, en colaboración con agentes españoles, han estado involucradas en prácticas abusivas contra migrantes que intentan cruzar hacia Europa. La situación se agrava por el hecho de que estos abusos ocurren en el contexto de un aumento de la financiación de la Unión Europea y España para controlar la inmigración irregular, lo que ha llevado a un enfoque cada vez más represivo.
La investigación de Human Rights Watch se basa en entrevistas con 223 personas, incluyendo migrantes y solicitantes de asilo de varios países africanos, así como funcionarios de la UE y la ONU. Los testimonios recopilados son desgarradores y revelan un patrón sistemático de abusos, que incluyen torturas, detenciones arbitrarias y condiciones inhumanas en los centros de detención. Por ejemplo, un migrante liberiano relató cómo fue golpeado por las fuerzas de seguridad mauritanas, mientras que otros denunciaron haber sido víctimas de abusos sexuales por parte de policías.
### La Realidad de los Centros de Detención
Los centros de detención en Mauritania han sido descritos como lugares donde los migrantes son sometidos a condiciones infrahumanas. Muchos de ellos son retenidos sin comida durante días, y se ven obligados a utilizar cubos para sus necesidades. Un testimonio impactante proviene de un camerunés que pasó una semana en un centro de detención sin recibir alimento, a excepción de agua. Esta situación es aún más alarmante considerando que muchos de los detenidos son personas vulnerables, incluidos niños.
Además, el informe destaca la práctica de las expulsiones colectivas, que son ilegales según el derecho internacional. Estas expulsiones se realizan sin el debido proceso y a menudo involucran el uso de la fuerza. Un trabajador de Cruz Roja en Mali informó que las expulsiones han aumentado drásticamente, pasando de dos o tres grupos al mes a entre 30 y 50 cada pocos días. Los migrantes son trasladados en condiciones deplorables y, en muchos casos, llegan a sus destinos encadenados, con heridas visibles en sus muñecas.
### La Colaboración Internacional y sus Consecuencias
La colaboración entre las autoridades mauritanas y los agentes españoles ha sido un tema de controversia. Human Rights Watch ha documentado casos en los que agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil española han estado presentes durante los abusos. Esto plantea serias preguntas sobre la responsabilidad de España en la protección de los derechos humanos de los migrantes. La organización ha instado a las autoridades españolas a no mirar hacia otro lado y a tomar medidas para garantizar que su apoyo financiero no contribuya a la represión de los derechos humanos.
El informe también menciona que el Gobierno mauritano ha respondido a las acusaciones con una carta en la que se compromete a implementar «numerosas medidas positivas» en materia de derechos de los refugiados. Sin embargo, Human Rights Watch considera que estas medidas son insuficientes y que se necesita un cambio real en la forma en que se trata a los migrantes en el país. La organización ha pedido una mayor supervisión internacional y un compromiso firme por parte de España y la UE para asegurar que su apoyo no se utilice para perpetuar abusos.
La situación en Mauritania es un recordatorio de que las políticas migratorias deben ser revisadas y ajustadas para garantizar que se respeten los derechos humanos de todas las personas, independientemente de su estatus migratorio. La presión internacional y la vigilancia son esenciales para asegurar que los abusos no continúen y que se establezcan mecanismos de rendición de cuentas para aquellos que cometen violaciones de derechos humanos en nombre de la seguridad y el control migratorio.