Vietnam ha tomado una decisión histórica al eliminar la política de dos hijos por pareja, una medida que estuvo en vigor desde 1988. Esta política fue implementada en un contexto donde el país enfrentaba una crisis de superpoblación, con la imagen de los «boat people» que huían en busca de mejores condiciones de vida. Sin embargo, la realidad demográfica actual de Vietnam es muy diferente. En 2023, el país superó los cien millones de habitantes, pero su tasa de fertilidad ha disminuido drásticamente, lo que ha llevado a las autoridades a replantearse sus políticas familiares.
La tasa de fertilidad en Vietnam ha caído a 1,9 hijos por mujer, muy por debajo del umbral de reemplazo demográfico de 2,1. En Ho Chi Minh, la ciudad más poblada y capital económica del país, la situación es aún más preocupante, con una tasa de 1,39 hijos por mujer. Para contrarrestar esta tendencia, las autoridades han implementado incentivos para fomentar el crecimiento de la población, como ofrecer 100 euros a las mujeres que tengan su segundo hijo antes de los 35 años. Además, han establecido la gratuidad total de la educación a partir de los cinco años y han introducido ayudas para guarderías, así como un periodo de baja maternal de seis meses.
Este enfoque proactivo coloca a Vietnam en una posición avanzada en comparación con otros países del sudeste asiático, donde el declive demográfico también es un problema, aunque en diferentes grados. Por ejemplo, Tailandia ha alcanzado un punto crítico, con una población que comenzó a decrecer en 2023, y una tasa de fertilidad de un hijo por mujer. En contraste, países como Japón y Corea del Sur enfrentan crisis demográficas aún más severas, con tasas de fertilidad de 1,2 y 0,68, respectivamente. Estos países, a pesar de su desarrollo económico avanzado, han visto cómo la insatisfacción en la vida amorosa y sexual de sus ciudadanos ha contribuido a la baja natalidad.
### La Evolución de las Políticas de Población en Asia
La política de control de la natalidad en Asia ha tenido un impacto duradero en la estructura demográfica de varios países. En China, la política del hijo único, implementada en 1979, ha dejado una huella profunda en la sociedad. Aunque se relajó en 2013 y se permitió tener dos hijos, y posteriormente tres en 2021, la población china comenzó a descender hace un par de años. Este cambio ha llevado a que India, con una población en crecimiento, desplace a China como el país más poblado del mundo.
La experiencia de China resalta la complejidad de las políticas de natalidad. Durante décadas, las restricciones llevaron a una generación de padres con un solo hijo, lo que ha resultado en una población de ancianos que no puede ser sostenida por una base de jóvenes en disminución. La penalización de aquellos que no cumplían con las directrices de natalidad ha tenido consecuencias en la movilidad social y laboral, creando un ambiente de presión que ha afectado las decisiones familiares.
Vietnam, al revocar su política de dos hijos, se enfrenta a un dilema similar. Aunque la eliminación de esta restricción puede ser vista como un avance hacia la libertad individual, también plantea preguntas sobre el futuro demográfico del país. Las autoridades creen que el número de personas en edad de trabajar seguirá creciendo durante las próximas dos décadas, pero el aumento de la población jubilada también será significativo. Este cambio demográfico podría tener implicaciones económicas y sociales profundas, especialmente en un país que busca consolidar su crecimiento y desarrollo.
### Implicaciones Sociales y Económicas del Cambio de Política
La decisión de Vietnam de permitir que las parejas decidan cuántos hijos tener refleja un cambio en la percepción de la familia y la natalidad. En un contexto donde la economía está en crecimiento y la urbanización avanza rápidamente, las familias jóvenes enfrentan desafíos únicos que influyen en sus decisiones sobre la maternidad y la paternidad. La presión económica, el costo de la educación y el deseo de mantener un equilibrio entre la vida laboral y familiar son factores que juegan un papel crucial en la baja tasa de natalidad.
Además, el cambio en la política de natalidad también puede tener un impacto en la cultura y la sociedad vietnamita. La promoción de una mayor natalidad podría fomentar un cambio en la percepción de la familia y la crianza de los hijos, lo que podría llevar a un renacer de valores familiares tradicionales. Sin embargo, también es posible que las nuevas generaciones continúen priorizando la carrera y el desarrollo personal sobre la formación de una familia numerosa.
En resumen, la revocación de la política de dos hijos en Vietnam es un paso significativo hacia la adaptación a las realidades demográficas contemporáneas. A medida que el país navega por estos cambios, será crucial observar cómo se desarrollan las políticas de apoyo a la familia y cómo se adaptan las actitudes culturales hacia la natalidad y la crianza de los hijos.