La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha abierto un nuevo expediente sancionador contra Telefónica, centrándose en la exigencia de permanencia en sus servicios de televisión de pago. Esta investigación se deriva de la operación de compra de DTS, la antigua Sogecable, que se llevó a cabo en 2015. La CNMC busca determinar si la empresa ha incumplido los compromisos adquiridos durante esta transacción, lo que podría acarrear sanciones significativas.
**Antecedentes de la investigación**
La autorización de la compra de DTS por parte de Telefónica fue condicionada a que la compañía cumpliera con una serie de compromisos diseñados para garantizar la competencia en el mercado. Uno de estos compromisos prohíbe a Telefónica incluir obligaciones de permanencia para sus clientes en relación con los servicios de televisión de pago, ya sean estos empaquetados con otros servicios de telecomunicaciones o no. La CNMC ha estado vigilando de cerca el cumplimiento de estas condiciones desde su implementación.
En julio de 2021, la CNMC identificó que la oferta de Telefónica denominada «Fusión+Smartphone» infringía estos compromisos. Esta oferta incluía el alquiler de un smartphone que estaba sujeto a condiciones de permanencia de 36 meses, lo que llevó a la CNMC a instar a la compañía a modificar sus condiciones y a proporcionar información tanto a los clientes como al propio organismo regulador. Esta acción fue un claro indicativo de que la CNMC estaba dispuesta a tomar medidas enérgicas contra cualquier incumplimiento de las normas establecidas.
**Sanciones y consecuencias**
En marzo de 2023, la CNMC impuso una multa de seis millones de euros a Telefónica por el incumplimiento de los compromisos relacionados con la permanencia. La investigación reveló que la política comercial de Telefónica, que incluía las ofertas de Fusión y miMovistar con televisión de pago y dispositivos, seguía conteniendo cláusulas que limitaban la movilidad de los clientes. Esto se consideró una violación directa de los compromisos adquiridos por la empresa, lo que llevó a la CNMC a actuar con firmeza.
La nueva investigación se centra en la política comercial de Telefónica vigente entre el 30 de agosto de 2021 y el 30 de abril de 2023, periodo en el que se establecieron compromisos que, según la CNMC, entorpecieron la libertad de los clientes para cambiar de proveedor. La CNMC ha dejado claro que la apertura de este expediente no prejuzga el resultado final de la investigación, lo que significa que aún se están recopilando pruebas y testimonios para determinar la culpabilidad de Telefónica.
**Impacto en el mercado de telecomunicaciones**
La situación de Telefónica es un reflejo de los desafíos que enfrenta el sector de las telecomunicaciones en España. La competencia en este mercado ha aumentado significativamente en los últimos años, con la entrada de nuevos actores y la diversificación de servicios. Las empresas de telecomunicaciones deben adaptarse a un entorno en constante cambio, donde la satisfacción del cliente y la flexibilidad son cruciales para mantener la lealtad del consumidor.
La exigencia de permanencia ha sido un tema controvertido en la industria. Por un lado, las empresas argumentan que estas cláusulas son necesarias para recuperar la inversión en dispositivos y servicios. Por otro lado, los consumidores demandan mayor libertad y flexibilidad, especialmente en un mercado donde las ofertas cambian rápidamente. La CNMC, al investigar a Telefónica, está tratando de equilibrar estos intereses y garantizar que los consumidores no sean perjudicados por prácticas comerciales desleales.
**Reacciones y futuro de la investigación**
La apertura de este expediente ha generado reacciones mixtas entre los consumidores y los expertos del sector. Algunos ven la acción de la CNMC como un paso necesario para proteger los derechos de los consumidores, mientras que otros argumentan que podría tener repercusiones negativas para la inversión en el sector. La incertidumbre sobre el resultado de la investigación también podría afectar la percepción de los inversores sobre Telefónica y su capacidad para operar en un entorno regulatorio cada vez más estricto.
El periodo de instrucción del expediente es de tres meses, durante los cuales la CNMC recopilará más información y testimonios. Este tiempo será crucial para determinar si Telefónica ha violado los compromisos adquiridos y qué sanciones, si las hay, se impondrán. La situación continuará evolucionando, y será interesante observar cómo responde Telefónica a estas acusaciones y qué medidas tomará para asegurar el cumplimiento de las normativas en el futuro.