En un reciente encuentro en Málaga, el presidente de la patronal CEOE, Antonio Garamendi, abordó el polémico caso Koldo, que involucra a varios miembros del PSOE en un escándalo de corrupción. Durante su intervención, Garamendi defendió la integridad del sistema empresarial, afirmando que «el sistema empresarial no es corrupto» y que la corrupción proviene de quienes ostentan el poder. Esta declaración ha generado un amplio debate sobre la relación entre la política y el mundo empresarial en España.
### La Visión de Garamendi sobre la Corrupción
Garamendi enfatizó que no se puede culpar a las empresas por los actos de corrupción que son atribuibles a individuos en posiciones de poder. Según él, el verdadero problema radica en la capacidad de los que tienen el control de corromper, no en la estructura empresarial en sí. «Si hay un concurso, el que tiene el poder es el que realmente tiene la capacidad de corromper», afirmó, sugiriendo que la responsabilidad recae en los líderes políticos y no en las organizaciones que operan dentro de un marco legal.
El presidente de CEOE también criticó la tendencia a demonizar a las empresas, señalando que existen millones de ellas en el país y que solo un pequeño número se ve envuelto en escándalos. «Si me sacas tres, cuatro empresas, y hay dos millones de empresas, no sé de qué estamos hablando», comentó, subrayando la necesidad de no generalizar y de reconocer que la mayoría de las empresas actúan de manera ética y responsable.
Garamendi también hizo hincapié en la importancia de un control efectivo de los concursos públicos y en la independencia de la justicia. «Hay que fortalecer el Estado. Lo que no hay que hacer es inventarse medios para debilitarlo», declaró, sugiriendo que una administración pública sólida es fundamental para prevenir la corrupción. Además, pidió que los cuerpos de élite del Estado, como los inspectores de Hacienda y Trabajo, continúen accediendo a sus puestos a través de oposiciones, para garantizar que estén debidamente cualificados y comprometidos con el servicio público.
### La Crítica a la Estrategia Política Actual
En su discurso, Garamendi también expresó su preocupación por la situación política en España, que considera que proyecta una imagen negativa del país hacia el exterior. «Es lamentable lo que estamos viendo y lo que estamos oyendo», afirmó, refiriéndose a las grabaciones que han salido a la luz, donde se observa a personas en posiciones de poder actuando en beneficio propio en lugar de para el bien público. Esta situación, según él, es un reflejo de una gestión política que no prioriza la ética y la responsabilidad.
El líder empresarial también se refirió a la propuesta de la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, de reducir la jornada laboral a 37,5 horas semanales. Garamendi criticó esta idea, argumentando que plantear «temas cerrados» en el diálogo social es contraproducente. Para él, esto equivale a entrar en una negociación con un resultado predeterminado, lo que podría llevar a un conflicto en lugar de a un acuerdo constructivo. Además, advirtió que esta medida podría tener un coste significativo para las empresas, estimando que podría ascender a 23.500 millones de euros.
El presidente de CEOE también abordó el problema del absentismo laboral, que ha aumentado en el último año. Según sus datos, el número de trabajadores que faltan al trabajo ha crecido de 1,2 millones a 1,4 millones, lo que representa un coste de 14.000 millones para las empresas y 16.000 millones para el Estado. Garamendi argumentó que este es un tema que necesita ser discutido y abordado en el marco del diálogo social, en lugar de ser ignorado o minimizado.
En resumen, las declaraciones de Garamendi en Málaga han puesto de relieve la compleja relación entre el mundo empresarial y la política en España. Su defensa del sistema empresarial y su crítica a la corrupción política invitan a una reflexión más profunda sobre cómo se pueden establecer mecanismos más efectivos para prevenir la corrupción y fomentar un entorno empresarial saludable y ético. La necesidad de un diálogo constructivo y de acuerdos significativos en temas clave es más urgente que nunca, y la responsabilidad recae tanto en los líderes empresariales como en los políticos para trabajar juntos en pro del bienestar del país.