La Diada de Catalunya, que se celebra el 11 de septiembre, se prepara para tener un protagonismo especial este año, con la recuperación de tradiciones que marcaron épocas pasadas. El Parlament de Catalunya, bajo la dirección de su presidente Josep Rull y el Govern de la Generalitat liderado por Salvador Illa, ha decidido reintroducir ceremonias que se habían dejado de lado durante años, especialmente en el contexto de la crisis económica.
Uno de los elementos más destacados de esta celebración será la instalación de un mástil de 25 metros de altura junto al edificio del Parlament, donde se izará una bandera de 54 metros cuadrados. Este acto simbólico se llevará a cabo el 10 de septiembre, en la víspera de la Diada, y se espera que marque el inicio de un nuevo ciclo de celebraciones anuales. La bandera, que será izada cada año en esta fecha, representa no solo un símbolo de identidad catalana, sino también un retorno a las tradiciones que se habían perdido.
### Un Acto Solemne y Cultural
El izado de la bandera se convertirá en un acto solemne que reunirá a representantes de diversos ámbitos, incluyendo el político, social, cultural y empresarial. Este año, el Ayuntamiento de Barcelona ha cedido un espacio en el Parc de la Ciutadella para la ceremonia, donde se realizará una entrega simbólica de la bandera al alcalde Jaume Collboni. La ceremonia se caracterizará por su brevedad, sin discursos políticos, y contará con actuaciones artísticas, así como la participación de la Guardia de Honor de los Mossos d’Esquadra, que llevarán armas largas, y la Guàrdia Urbana de Barcelona, que lucirá su uniforme de gala. Además, se entonará el tradicional ‘Cant de la senyera’, un himno que resuena con la historia y la cultura catalana.
Este acto no solo busca recuperar el protocolo que existía entre 1980 y 2008, sino también reestablecer el izado de la bandera como un símbolo del inicio del curso político en Catalunya. La intención es que esta ceremonia se convierta en un evento anual que fortalezca la identidad y la cohesión social en la comunidad catalana.
El 11 de septiembre, el Govern asumirá la responsabilidad de los actos institucionales, mientras que el Parlament mantendrá su jornada de puertas abiertas y actividades de cultura popular, en colaboración con la asociación Adifolk. Además, los miembros de la Mesa del Parlament participarán en la ofrenda floral al monumento de Rafael Casanova, un acto que simboliza el respeto y la memoria hacia los héroes de la historia catalana.
### Cambios en la Ceremonia de la Medalla de Honor
Otro cambio significativo en la programación de la Diada es la reubicación de la entrega de la Medalla de Honor del Parlament. En lugar de realizarse en vísperas de la Diada, este año se llevará a cabo a finales de octubre en un acto específico. Esta decisión busca dar mayor relevancia a la entrega de este reconocimiento, que destaca a personas o entidades que han contribuido de manera significativa a la sociedad catalana. A principios de septiembre, se anunciarán los nombres de los galardonados, generando así una expectativa en la comunidad.
La reintroducción de estas tradiciones y ceremonias refleja un deseo de revitalizar la identidad catalana y fortalecer los lazos entre los ciudadanos. La Diada no solo es una celebración de la historia y la cultura de Catalunya, sino también una oportunidad para que los ciudadanos se reúnan y celebren su identidad colectiva.
La recuperación de estos actos, que se habían dejado de lado durante años, es un paso importante hacia la reconstrucción de la memoria histórica y la reafirmación de la identidad catalana en un contexto contemporáneo. A medida que se acerca la Diada, la expectativa crece entre los ciudadanos, quienes ven en estos actos una oportunidad para reconectar con su historia y su cultura.
La Diada de este año promete ser un evento lleno de simbolismo y significado, marcando un nuevo capítulo en la celebración de la identidad catalana y la historia del Parlament de Catalunya. Con la participación de diversas autoridades y la comunidad, se espera que este evento no solo sea un homenaje a la historia, sino también un impulso para el futuro de Catalunya.