La reciente modificación en la legislación sobre jubilación parcial para el personal laboral de la Comunidad Autónoma de Canarias marca un hito significativo en la administración pública. Este cambio, que busca atender las necesidades de un colectivo envejecido, permitirá que cerca de 4.000 empleados públicos puedan acogerse a esta modalidad en los próximos tres años. La Dirección General de Función Pública ha comenzado a implementar los primeros pasos para hacer realidad este derecho, que hasta ahora había permanecido en el limbo de las negociaciones.
La situación actual del personal laboral en la administración canaria es preocupante. Con una edad media superior a los 50 años y un porcentaje considerable de empleados que se acercan a los 60, la necesidad de establecer un marco que facilite la jubilación parcial se ha vuelto urgente. Este nuevo derecho, que se enmarca dentro de un convenio colectivo modificado, permitirá a los trabajadores que cumplan con ciertos requisitos, como tener al menos 62 años y 33 años de cotización, acceder a una jubilación que se complementará con un contrato de relevo.
### Proceso de Solicitud y Requisitos
La Dirección General de Función Pública ha abierto un plazo de solicitud que se extenderá del 1 al 30 de septiembre, permitiendo a los empleados interesados presentar su solicitud de forma telemática. Este proceso es crucial para dimensionar la oferta de empleo público necesaria que cubrirá las vacantes que se generen a medida que los trabajadores se acojan a la jubilación parcial. Los empleados que cumplan con los requisitos en el momento de la solicitud, así como aquellos que los cumplan hasta el 31 de diciembre de 2026, podrán presentar su solicitud.
Es importante destacar que la aprobación de la jubilación parcial y la creación de contratos de relevo dependerán de dos factores clave: la demanda de jubilación parcial y la disponibilidad de relevistas. Esto significa que, aunque se ha abierto la puerta a esta nueva modalidad, su implementación efectiva estará sujeta a la capacidad del Gobierno regional para gestionar las necesidades de personal que surjan.
La jubilación parcial no solo representa una oportunidad para los empleados públicos, sino que también implica un cambio en la estructura laboral de la administración. La necesidad de relevistas con contratos fijos se convierte en un aspecto central de esta nueva regulación, lo que obligará al Ejecutivo regional a solicitar autorización al Gobierno central para convocar una tasa de reposición específica. Esto es fundamental para garantizar que haya personal suficiente para cubrir las funciones de aquellos que se jubilen parcialmente.
### Contexto Histórico y Reivindicaciones Sindicales
La posibilidad de acceder a la jubilación parcial para el personal laboral es una de las principales reivindicaciones de los sindicatos, que han presionado para que se reconozcan los derechos de este colectivo. La situación se ha vuelto más apremiante tras la suspensión de este derecho en 2012, cuando el Gobierno central implementó reformas en la función pública como respuesta a la crisis económica. Desde entonces, los empleados públicos han visto limitadas sus opciones de jubilación, lo que ha generado un descontento creciente entre los trabajadores.
Recientemente, el Ministerio de Función Pública y los sindicatos a nivel estatal han llegado a un acuerdo que permitirá a los funcionarios de carrera también acogerse a la jubilación parcial. Este acuerdo establece que los funcionarios que hayan cumplido 60 años y tengan al menos 30 años de cotización podrán reducir su jornada laboral entre un 25% y un 50%, manteniendo un salario proporcional y recibiendo una pensión parcial por el tiempo no trabajado. Sin embargo, al igual que en el caso del personal laboral, este acceso estará condicionado a la existencia de un relevista con plaza disponible.
La implementación de la jubilación parcial para el personal laboral y los funcionarios de carrera representa un avance significativo en la mejora de las condiciones laborales en la administración pública de Canarias. No obstante, la efectividad de estas medidas dependerá de la capacidad del Gobierno para gestionar adecuadamente la transición y garantizar que haya suficientes relevistas para cubrir las vacantes que se generen. La situación actual exige un enfoque proactivo para abordar las necesidades de un personal cada vez más envejecido y asegurar que la administración pública pueda seguir funcionando de manera eficiente en el futuro.