El pasado 12 de abril, el Navarra Arena de Pamplona se convirtió en el escenario de un evento musical inolvidable, con la actuación del icónico Lenny Kravitz. A pesar de la lluvia que comenzó a caer antes del inicio del concierto, el público se mostró entusiasta y organizado al acceder al recinto. La velada comenzó con la actuación de la talentosa Estrella Morente, quien, con su estilo flamenco, logró calentar el ambiente antes de la llegada del rockero neoyorquino.
Estrella Morente, acompañada por su hermano Kiki Morente y la bailaora Belén López, ofreció una actuación breve pero intensa que culminó con un agradecimiento a Pamplona y a Lenny Kravitz. La expectación creció cuando, a las 21:23 horas, las luces del Arena se apagaron y, tres minutos después, Kravitz hizo su entrada triunfal, deslumbrando a los asistentes con un espectáculo de luces y pirotecnia.
El concierto comenzó con ‘Bring It On’, un tema que marcó el tono de la noche. Kravitz, acompañado de su banda, mostró su energía y carisma en el escenario, interpretando una mezcla de rock y funk que mantuvo al público al borde de la emoción. La calidad del sonido y la impresionante puesta en escena, con pantallas LED y efectos visuales, crearon una atmósfera mágica que envolvió a todos los presentes.
A lo largo de la noche, Kravitz interpretó una serie de éxitos que incluyeron ‘Minister of Rock ‘n Roll’ y ‘TK421’, donde el espectáculo visual se intensificó con luces y efectos que acompañaban cada nota. La interacción con el público fue constante; Kravitz se dirigió a ellos con palabras de amor y energía, creando un ambiente de conexión y celebración.
Uno de los momentos más destacados fue la interpretación de ‘I Belong to You’, donde el despliegue audiovisual alcanzó su punto máximo, con múltiples pantallas que mostraban imágenes vibrantes y coloridas. La balada ‘Stillness of Heart’ también dejó una huella profunda, con un sonido que evocaba a bandas legendarias como Pink Floyd, y donde el público se unió en un canto colectivo.
El concierto continuó con temas como ‘Believe’ y ‘Honey’, donde Kravitz mostró su versatilidad, alternando entre el rock y el funk, mientras la banda se sumaba a la fiesta con solos de guitarra y secciones de viento. La energía no decayó en ningún momento, y el público respondió con entusiasmo a cada interpretación.
A medida que avanzaba la noche, el espectáculo se tornó aún más dinámico. Kravitz presentó a su banda y agradeció a Estrella Morente por su participación, creando un ambiente de camaradería en el escenario. La interpretación de ‘It Ain’t Over ‘Til It’s Over’ provocó una explosión de alegría entre los asistentes, quienes corearon cada palabra junto al artista.
El clímax del concierto llegó con ‘American Woman’, un tema que desató la locura en el público, seguido de ‘Fly Away’ y ‘Are You Gonna Go My Way’, donde la energía alcanzó su punto máximo. Kravitz y su banda se despidieron del escenario, pero el público, ansioso por más, aclamó su regreso.
Finalmente, Lenny Kravitz volvió al escenario para un encore que incluyó ‘Let Love Rule’, donde la atmósfera se llenó de nostalgia y alegría. La conexión entre el artista y el público fue palpable, y el espectáculo culminó con un abrazo colectivo entre todos los músicos, dejando una impresión duradera en los asistentes.
Este concierto no solo fue una celebración de la música, sino también un recordatorio del poder de la energía y el amor que la música puede generar. Lenny Kravitz, con su carisma y talento, demostró una vez más por qué es considerado uno de los grandes del rock, dejando a Pamplona con recuerdos imborrables de una noche mágica.