En los últimos días, el barrio de Echavacoiz en Pamplona ha sido escenario de varios incidentes violentos que han dejado a sus residentes en un estado de miedo y preocupación. Ocho jóvenes fueron detenidos tras dos reyertas que involucraron cuchillos, botellas y palos, lo que ha puesto de manifiesto la creciente inseguridad en esta zona de la ciudad.
Los enfrentamientos ocurrieron el pasado sábado, con el primer altercado registrado en el edificio de la antigua ikastola Jaso, donde los vecinos han estado lidiando con la violencia y el abandono institucional. La Policía Municipal y la Policía Foral respondieron rápidamente, identificando a 18 personas implicadas en la pelea. Sin embargo, la situación no se calmó, ya que una segunda reyerta tuvo lugar poco después en una bajera de la calle Descalzos, donde los arrestados intentaron desalojar a otros jóvenes que se habían instalado en el lugar.
La violencia continuó durante toda la tarde, con réplicas de enfrentamientos en diferentes puntos de Pamplona, incluso en el servicio de Urgencias del Hospital de Navarra, donde se vivieron momentos de tensión entre los heridos de ambas reyertas. Los testigos informaron que las discusiones y peleas se prolongaron hasta altas horas de la noche, aunque no se registraron más incidentes graves.
La situación en Echavacoiz ha sido crítica durante meses. Los residentes han expresado su frustración y miedo ante un entorno que consideran abandonado. Diego, un vecino de 37 años, comentó: “No podemos más. Se respira miedo. Yo solo bajo con el perro, si no, no vendría hasta aquí”. La inseguridad ha llevado a muchos a evitar salir de sus casas, especialmente aquellos con niños.
El edificio abandonado de la antigua ikastola Jaso se ha convertido en un símbolo del olvido institucional y un foco de problemas. En lo que va del año, este lugar ha sido escenario de varios incidentes violentos, incluyendo un intento de homicidio en febrero, donde un hombre fue arrestado tras prender fuego a otro durante una discusión. La falta de intervención por parte de las autoridades ha dejado a los residentes sintiéndose desprotegidos y vulnerables.
Khalil, un joven que vive en el edificio, también compartió su experiencia. A pesar de haber llegado a España con la esperanza de un futuro mejor, se enfrenta a la violencia y la inseguridad en su nuevo hogar. “Aquí dentro también pasamos miedo. Hay un grupo de unas quince personas que son muy violentos. Se pelean por robos y por controlar las habitaciones”, explicó. Su testimonio refleja la complejidad de la situación, donde la violencia no solo afecta a los residentes del barrio, sino también a aquellos que buscan refugio en él.
Los vecinos de Echavacoiz han hecho un llamado a las autoridades para que tomen medidas efectivas que aborden la inseguridad y el abandono en su comunidad. Muchos consideran que la solución pasa por tapiar el edificio abandonado y aumentar la presencia policial en la zona. Sin embargo, la falta de acción ha llevado a un sentimiento de desesperanza entre los residentes, quienes sienten que sus preocupaciones no son escuchadas.
La situación en Echavacoiz es un reflejo de un problema más amplio que afecta a muchas comunidades en España, donde la violencia y el abandono institucional han creado un ciclo de inseguridad y miedo. La necesidad de una respuesta efectiva por parte de las autoridades es urgente, no solo para restaurar la seguridad en el barrio, sino también para devolver la confianza a sus residentes.
Mientras tanto, los vecinos continúan viviendo con el temor de que la violencia vuelva a estallar en cualquier momento, esperando que su grito de auxilio no caiga en oídos sordos.