La vida de Steve Kang es un testimonio impactante de transformación y redención. Durante años, Kang luchó contra el abuso de drogas y una profunda desesperanza que lo llevó a experimentar uno de los momentos más oscuros de su vida. Su historia, marcada por el sufrimiento y la lucha interna, dio un giro radical tras un episodio límite que lo llevó a una experiencia cercana a la muerte. En varias entrevistas, incluyendo una charla reveladora con el podcaster Vlad Savchuk, Steve compartió los detalles de su viaje desde el abismo hasta la luz.
### Un Viaje al Infierno
Steve Kang, criado en el budismo y preparado para ser monje, se vio atrapado en un ciclo de adicción que lo llevó a consumir metanfetamina y éxtasis. En su punto más bajo, se encontró bebiendo una mezcla letal que él mismo denominaba «el cuenco de la muerte». Este acto desesperado fue impulsado, según sus propias palabras, por una entidad demoníaca que lo incitó al suicidio. Fue en este contexto que Steve tuvo su experiencia sobrenatural.
Mientras los médicos luchaban por salvar su vida tras su intento de suicidio, Steve asegura que su conciencia fue transportada a un lugar que describe como el infierno. «No era un lugar agradable, no había luz. No había plantas, ni un gramo de hierba», relató. En su descripción, el suelo era rocoso y árido, un paisaje desolador que evocaba una sensación de desesperanza. A su alrededor, había otras almas atormentadas y una gran cadena incrustada en su abdomen, simbolizando su sufrimiento y condena.
Lo más impactante de su relato son las figuras que asegura haber visto: seres gigantescos y encapuchados, que medían «como edificios de cinco pisos». Steve sintió que estos seres eran los guardianes de ese lugar tenebroso. Durante su tiempo en este estado, tuvo una revelación que cambiaría su vida para siempre: «Por primera vez en mi existencia supe que era un pecador, que merecía estar allí porque era una mala persona». Aunque para él pasaron apenas veinte minutos, en la realidad, habían transcurrido ocho horas de intervención quirúrgica.
### La Intervención Espiritual
Mientras Steve experimentaba su descenso al infierno, su madre, desesperada por su situación, pidió ayuda a un amigo cristiano que, irónicamente, había sido su traficante de drogas. Este amigo reunió a un grupo de oración con miembros de su iglesia para interceder por él. Según Steve, fue esta intervención espiritual, y no la médica, la que obró su salvación. «El médico luego dijo que era un milagro», explicó.
En medio de su experiencia, Steve asegura haber escuchado la voz de Jesús, que le transmitió una sensación de paz y lo llamó a volver a la vida. Este momento marcó un punto de inflexión en su existencia. Desde entonces, su vida ha cambiado radicalmente. De ser un hombre consumido por la adicción y el sufrimiento, se transformó en un líder espiritual.
### De Budista a Pastor Evangelista
Tras sobrevivir a su experiencia cercana a la muerte, Steve dejó atrás sus creencias budistas y abrazó el cristianismo. Hoy, convertido en pastor evangelista, lidera la Iglesia Comunitaria del Evangelio en Los Ángeles, California. En su nuevo rol, predica sobre la redención y la transformación espiritual, compartiendo su testimonio como una advertencia y una llamada a la fe.
Steve reflexiona sobre su experiencia en el infierno con una perspectiva sorprendente: «Casi siento que ni siquiera quiero que Hitler vaya allí. No quiero que mis peores enemigos vayan allí». Estas palabras reflejan no solo su transformación personal, sino también su deseo de compartir un mensaje de esperanza y redención con aquellos que se encuentran en situaciones similares a las que él vivió.
La historia de Steve Kang es un poderoso recordatorio de que, incluso en los momentos más oscuros, hay una posibilidad de redención y cambio. Su viaje desde el abismo de la adicción hasta la luz de la fe es un testimonio inspirador que resuena con muchos que buscan una salida a sus propias luchas. A través de su labor como pastor, Steve continúa compartiendo su mensaje de esperanza, mostrando que la transformación espiritual es posible, sin importar cuán profunda sea la oscuridad.