La situación en Gaza ha generado un intenso debate político en España, donde el Gobierno de Pedro Sánchez ha intensificado su presión sobre el líder del Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo. Este último se encuentra en una posición delicada, intentando equilibrar su postura sobre la ofensiva militar israelí sin caer en la trampa de calificarla como genocidio. La presión proviene no solo del Gobierno, sino también de figuras influyentes dentro del PP, como el expresidente José María Aznar, quien ha defendido abiertamente las acciones de Israel.
La controversia se intensificó cuando Aznar, en un evento reciente, advirtió que una derrota de Israel podría llevar a Occidente a enfrentar un grave problema, sugiriendo que la caída de Ucrania ante Rusia podría agravar aún más la situación. Estas declaraciones han sido interpretadas como un intento de Aznar de marcar el rumbo del PP, lo que ha llevado a miembros del Gobierno a exigir a Feijóo que se distancie de la influencia del exlíder del partido.
El ministro para la Transformación Digital y Función Pública, Óscar López, ha sido uno de los más críticos, señalando que es preocupante que Aznar esté dictando la línea política del PP, lo que lo hace menos reconocible como un partido de Estado. La vicepresidenta primera, María Jesús Montero, también ha criticado a Aznar, recordando su papel en la guerra de Irak y cuestionando su moralidad al hablar sobre conflictos internacionales.
### La Respuesta del Gobierno Español
El Gobierno de Sánchez ha tomado medidas concretas en respuesta a la crisis en Gaza. López ha instado a Feijóo a rectificar su postura y a desautorizar a Aznar, quien ha sido visto como un referente en la política exterior del PP. En este contexto, el Gobierno ha comenzado a implementar acciones que buscan frenar el apoyo militar a Israel, incluyendo la interrupción del comercio de armas y el aumento de la cooperación humanitaria.
López ha afirmado que los españoles condenan el genocidio en Gaza y esperan que su Gobierno actúe con firmeza. En este sentido, se ha destacado que España fue uno de los primeros países en reconocer el Estado Palestino, lo que refleja un compromiso con la paz en la región. Además, se ha mencionado que el Gobierno está trabajando en un decreto que formalizará el embargo de armas a Israel, lo que se espera que se presente en el próximo Consejo de Ministros.
El ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, ha garantizado que este decreto se cristalizará en ley, prohibiendo no solo la exportación de armas a Israel, sino también afectando las importaciones. Esta medida busca complicar la llegada de bienes provenientes de zonas ocupadas, lo que añade una capa de complejidad a la implementación del embargo.
### La Influencia de la Opinión Pública
La presión del Gobierno no solo proviene de la política interna, sino también de la opinión pública, que se ha mostrado cada vez más crítica con la situación en Gaza. La respuesta de los ciudadanos ha sido clara: muchos exigen que el Gobierno actúe con determinación y que se tomen medidas efectivas para detener la violencia. Esta presión ha llevado a un aumento en la discusión sobre la moralidad de las acciones del Gobierno y su responsabilidad en la defensa de los derechos humanos.
El debate sobre el embargo de armas ha generado tensiones dentro de la coalición de Gobierno, especialmente con los socios de Sumar, quienes han expresado su deseo de que se tomen medidas más contundentes. Montero ha negado cualquier discrepancia en el seno del Gobierno, asegurando que se está trabajando en la parte técnica del decreto que permitirá hacer efectivas las medidas de embargo.
La situación en Gaza ha puesto a prueba la capacidad del Gobierno español para manejar la crisis y al mismo tiempo mantener la cohesión dentro de su coalición. A medida que la presión aumenta, tanto desde la oposición como desde la ciudadanía, el futuro de la política exterior de España en relación con el conflicto israelí-palestino se vuelve cada vez más incierto. Las decisiones que tome el Gobierno en las próximas semanas serán cruciales no solo para la imagen del país en el ámbito internacional, sino también para su estabilidad política interna.