El 6 de noviembre de 1975, se desencadenó un evento que marcaría un hito en la historia del Sáhara Occidental: la Marcha Verde. Esta no fue una simple manifestación, sino una estrategia política del rey Hassan II de Marruecos para reclamar la soberanía sobre un territorio que, en ese momento, era una colonia española. En un contexto de inestabilidad política en España, con el general Franco gravemente enfermo y el príncipe Juan Carlos asumiendo interinamente la jefatura del Estado, Hassan II supo aprovechar la situación. La crisis económica que atravesaba España, exacerbada por el aumento de los precios del petróleo, creó un ambiente propicio para que Marruecos lanzara su ofensiva territorial.
La Marcha Verde consistió en el desplazamiento de más de 300,000 ciudadanos marroquíes hacia el Sáhara Occidental, lo que puso al ejército español en una difícil disyuntiva: abrir fuego contra una multitud pacífica o permitir su entrada. La decisión fue clara: el ejército español optó por no intervenir, lo que facilitó la ocupación marroquí del territorio. Este movimiento no solo fue respaldado por Marruecos, sino también por Estados Unidos, que veía en el país vecino un aliado estratégico en el norte de África, especialmente en su confrontación con Argelia, que en ese momento estaba alineada con la Unión Soviética.
La retirada de España del Sáhara Occidental dejó a la población saharaui en una situación precaria. Muchos de ellos se agruparon en campamentos en Tinduf, Argelia, bajo la protección del Frente Polisario, un movimiento de liberación que había estado luchando por la independencia desde 1973. En España, la situación generó una corriente de simpatía hacia la causa saharaui, que abarcaba tanto a la derecha como a la izquierda política. Mientras que la derecha lamentaba la retirada del ejército español, la izquierda, especialmente el Partido Comunista, adoptó la causa del Frente Polisario, promoviendo la acogida de niños saharauis en hogares españoles durante las vacaciones escolares.
### La Influencia de Estados Unidos y el Reconocimiento de la Soberanía Marroquí
En años recientes, la política estadounidense hacia Marruecos ha tomado un giro significativo. Durante su mandato, Donald Trump reforzó la relación entre Estados Unidos y Marruecos al reconocer de manera unilateral la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental. Este reconocimiento se produjo en el contexto de los Acuerdos de Abraham, un esfuerzo por normalizar las relaciones entre Israel y varios países árabes. A cambio de este reconocimiento, Marruecos restableció relaciones diplomáticas con Israel, lo que subraya la importancia geopolítica de la región.
La administración de Joe Biden, aunque más cautelosa, no ha desmantelado la política de Trump. Biden ha mostrado disposición a aceptar una solución que contemple la autonomía del Sáhara Occidental bajo la soberanía marroquí, siempre que cuente con el respaldo de la ONU. Esta postura fue respaldada por el Gobierno español en 2022, tras una crisis diplomática con Marruecos que puso de manifiesto la complejidad de las relaciones en la región. Francia, Alemania y el Reino Unido también han mostrado apoyo a esta propuesta, lo que indica un consenso internacional en torno a la cuestión.
Sin embargo, el futuro del Sáhara Occidental sigue siendo incierto. Estados Unidos ha presentado una propuesta ante el Consejo de Seguridad de la ONU para formalizar el reconocimiento de la soberanía marroquí, que se votará próximamente. La incógnita radica en la posición que adoptará Rusia, que podría vetar la resolución. Mientras tanto, las tensiones entre Marruecos y Argelia continúan, complicando aún más la situación en la región.
### La Estabilidad del Sahel y sus Implicaciones Geopolíticas
La estabilidad en el Sahel es un tema crucial que afecta no solo a Marruecos y Argelia, sino a toda la región del norte de África y más allá. Estados Unidos, la Unión Europea, China y Rusia tienen intereses en mantener la estabilidad en esta área, que es vital para evitar la expansión del radicalismo islámico y asegurar el acceso a recursos minerales valiosos. La frontera entre Marruecos y Argelia es actualmente una de las más cerradas del mundo, lo que refleja las tensiones persistentes entre ambos países.
La situación en el Sahel se ha vuelto aún más compleja con la creciente influencia de Rusia, que ha comenzado a establecer relaciones con varias juntas militares en la región. Estas juntas, que han tomado el poder en países como Malí, Burkina Faso y Níger, han formado una coalición conocida como la Alianza de los Estados del Sahel. Este grupo busca abordar los desafíos de seguridad en la región, que incluyen la amenaza del yihadismo.
Niger, en particular, es un país estratégico debido a sus vastos recursos de uranio, un mineral que está cobrando cada vez más importancia en el contexto de la creciente demanda de energía nuclear. La Asociación Nuclear Mundial ha advertido sobre una posible escasez de uranio en el futuro, lo que hace que el control de este recurso sea aún más crítico. La inestabilidad en Níger y su relación con las juntas militares en la región son factores que podrían influir en la situación del Sáhara Occidental.
En este contexto, Argelia también está observando con preocupación la evolución del Sahel. Con una vasta extensión territorial y una frontera sur difícil de defender, Argelia tiene un interés directo en la estabilidad de la región. La dependencia del gas natural y la necesidad de tecnología para su explotación son cuestiones que el país debe abordar para asegurar su futuro energético. Las negociaciones con empresas estadounidenses para la explotación de nuevos yacimientos de gas son un paso en esta dirección.
La interconexión entre la situación en el Sáhara Occidental y la estabilidad del Sahel es evidente. La búsqueda de un equilibrio en la región es fundamental no solo para los países involucrados, sino también para las potencias extranjeras que tienen intereses en el área. La historia de la Marcha Verde y sus repercusiones geopolíticas continúan resonando en la actualidad, recordándonos que el pasado sigue influyendo en el presente y el futuro de esta compleja región del mundo.
