El 12 de octubre de 2025 se presentó como un día notablemente más tranquilo en comparación con las tensiones políticas que han caracterizado los últimos años en España. A pesar de que la crispación política sigue presente, la celebración de la Fiesta Nacional se desarrolló con un tono más sereno, lo que sorprendió a muchos observadores. En este contexto, el desfile militar y las actividades relacionadas con la festividad se llevaron a cabo sin los habituales enfrentamientos verbales que han marcado ediciones anteriores.
Uno de los aspectos más destacados de esta jornada fue la ausencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la recepción oficial en el Palacio Real. Su decisión de no participar en este evento, tras saludar a los Reyes, dejó a su oponente político, Alberto Núñez Feijóo, sin un rival directo en el tradicional intercambio de palabras que suele tener lugar en estas ocasiones. Esta ausencia fue interpretada por algunos como una estrategia para evitar la confrontación, mientras que otros la vieron como un signo de la creciente polarización en la política española.
### La Ausencia de Vox y la Reacción de la Oposición
Santiago Abascal, líder de Vox, también decidió no participar en los actos oficiales, argumentando que la celebración se utilizaba para «blanquear» un gobierno que él considera corrupto. Esta decisión de Abascal de disfrutar del día desde la calle en lugar de asistir a la tribuna del desfile fue vista como un desafío tanto al Gobierno como a la monarquía. En respuesta, Núñez Feijóo criticó la postura de Abascal, recordándole que los verdaderos ausentes en este tipo de actos son los independentistas y los miembros de Bildu, quienes han optado por no participar en la celebración de la Hispanidad.
La jornada transcurrió con un orden y una calma infrecuentes, lo que contrastó con el ambiente de tensión que había dominado en años anteriores. La presencia de casi 4.000 efectivos de las fuerzas armadas en el desfile, que fue presidido por los cuatro miembros de la familia real, aportó un sentido de solemnidad y unidad a la celebración. Sin embargo, la ausencia de varios presidentes autonómicos, debido a las inclemencias del tiempo y otros compromisos, también fue un recordatorio de las divisiones que persisten en el país.
### Un Desfile Militar con Novedades y Tradiciones
El acto central de la Fiesta Nacional se caracterizó por un desfile militar que, a pesar de las nubes bajas, logró mantener su esencia. La participación de la patrulla acrobática de paracaidismo, que realizó un salto con la bandera de España, fue uno de los momentos más esperados. Sin embargo, este año se introdujeron cambios significativos, como la sustitución de la patrulla Águila, que no sobrevoló el cielo de Madrid debido a la jubilación de sus aviones tras 40 años de servicio. En su lugar, la formación Mirlo, compuesta por aviones de la Academia General del Aire y del Espacio, asumió el protagonismo en el vuelo con los colores de la bandera española.
El desfile terrestre incluyó una impresionante variedad de vehículos militares y unidades de las fuerzas de seguridad del Estado, mostrando la capacidad y el compromiso de las fuerzas armadas. La participación de 3.847 integrantes, entre hombres y mujeres, fue un reflejo del esfuerzo por representar la diversidad y la inclusión dentro de las fuerzas armadas, aunque la proporción de mujeres sigue siendo un tema de discusión en el ámbito militar.
La jornada culminó con la tradicional recepción en el Palacio Real, donde los Reyes y la familia real ejercieron de anfitriones. La ausencia de Pedro Sánchez fue notable, y su falta de participación fue objeto de críticas por parte de la oposición. Núñez Feijóo, en un tono irónico, sugirió que el presidente no estaba interesado en la celebración, lo que podría interpretarse como un intento de desviar la atención de los problemas judiciales que afectan a su partido.
Mientras tanto, en otras partes del país, como en Barcelona, se llevaron a cabo manifestaciones para celebrar la Fiesta de la Hispanidad, lo que demuestra que, a pesar de las tensiones políticas, hay un deseo de conmemorar la unidad y la diversidad cultural de España. La participación de miles de personas en estas manifestaciones resalta la importancia de la festividad en el contexto social y político actual.
En resumen, el 12 de octubre de 2025 se presentó como un día de contrastes, donde la celebración de la Fiesta Nacional se vio marcada por la ausencia de figuras clave, la serenidad en el ambiente y la continuidad de las tradiciones. A medida que España navega por un panorama político cada vez más complejo, la Fiesta de la Hispanidad sigue siendo un punto de encuentro para la reflexión sobre la identidad nacional y los desafíos que enfrenta el país.