La presidencia de Salvador Illa en Catalunya ha estado marcada por una intensa actividad y una notable conexión con el gobierno central en Madrid. A lo largo de su mandato, Illa ha llevado a cabo 805 actividades, reflejando su compromiso y dedicación a la gestión pública. Sin embargo, su estilo de liderazgo se aleja del arquetipo de un líder mesiánico, optando en cambio por una presencia constante que busca normalizar la política catalana en un contexto complejo. Su capacidad para mantener un ritmo frenético, incluso tras viajes internacionales, como su reciente visita a China, demuestra su energía y determinación para impulsar proyectos significativos, como la inauguración de un nuevo carril bus en Barcelona.
La relación de Illa con Pedro Sánchez, el presidente del Gobierno español, es fundamental para entender su estrategia política. Illa no solo se ha posicionado como un defensor del PSOE en Catalunya, sino que también ha utilizado su cercanía con Sánchez para fortalecer su propia agenda. En un contexto donde el PSC se enfrenta a desafíos tanto del PP como de los jueces, Illa ha encontrado en la figura de Isabel Díaz Ayuso un enemigo que le permite reivindicar la ambición de autogobierno de Catalunya. Su retórica se ha centrado en la necesidad de que Catalunya “lidere España”, utilizando la hoja de ruta de Sánchez como guía para sus acciones.
### La Confrontación con el Bloqueo Judicial y el Dumping Fiscal
Uno de los temas más controvertidos durante el mandato de Illa ha sido la cuestión de la amnistía para líderes independentistas como Carles Puigdemont y Oriol Junqueras. Illa ha criticado abiertamente el bloqueo del Tribunal Supremo, argumentando que en una democracia, la última palabra debe ser de los ciudadanos y no de los jueces. Esta postura no solo refleja su compromiso con la democracia, sino que también le permite posicionarse como un líder que defiende los intereses de Catalunya frente a lo que percibe como injusticias judiciales.
Además, Illa ha confrontado a Ayuso al abordar el tema del dumping fiscal que afecta a Catalunya. En un evento reciente, planteó la cuestión de si deberían existir las mismas reglas fiscales para todos los territorios o si, por el contrario, se debería permitir una fiscalidad insolidaria. Este tipo de declaraciones no solo resuenan en el ámbito político, sino que también buscan movilizar a la opinión pública en torno a la necesidad de una financiación más equitativa para Catalunya.
La gestión de Illa ha sido, en muchos aspectos, un acto de equilibrio. Aunque su administración ha buscado mantener un perfil bajo, los acuerdos alcanzados con ERC y Junts han otorgado relevancia a su presidencia. Illa ha logrado contener el independentismo en el Parlament, minimizando la influencia del PP y erigiéndose como un muro frente a Vox. Esta estrategia le ha permitido consolidar su posición como un líder que, aunque habla en castellano con frecuencia, también defiende el uso del catalán en foros importantes como la Conferencia de Presidentes autonómicos.
### La Financiación y el Futuro de los Presupuestos
Uno de los aspectos cruciales de la gestión de Illa es la financiación de Catalunya. La clave del pacto de investidura con ERC y la elaboración de los presupuestos para 2026 radica en este tema. A pesar de la presión constante sobre la singularidad fiscal de Catalunya, Illa ha optado por retrasar la gestión del IRPF hasta 2028, lo que le permite reducir la presión política y mantener la estabilidad en su gobierno.
La creación de una nueva Agència Tributària de Catalunya también forma parte de su estrategia para presentar avances sin que se produzcan cambios significativos en la práctica. Este enfoque le permite a Illa mostrar resultados a sus aliados políticos, mientras que, al mismo tiempo, evita conflictos innecesarios que podrían poner en peligro su administración.
La estabilidad del Govern de Illa se ve reforzada por la falta de un adversario político fuerte. La incomparecencia de los líderes independentistas en el Parlament ha permitido a Illa navegar por un entorno político relativamente tranquilo. Sin embargo, la presión sobre los presupuestos sigue siendo una preocupación constante, y aunque Illa ha afirmado que no convocará elecciones en caso de no lograr aprobarlos, la incertidumbre política siempre está presente.
En resumen, Salvador Illa ha logrado posicionarse como un líder catalán que, a pesar de los desafíos, busca equilibrar las demandas de su partido con las expectativas de sus aliados y la realidad política de Madrid. Su enfoque en la normalidad y la gestión eficaz, junto con su habilidad para navegar en un entorno político complicado, lo convierten en una figura clave en la política catalana actual.