La creciente tensión geopolítica en Europa, especialmente en el contexto de la guerra en Ucrania, ha llevado a muchos ciudadanos a buscar refugios seguros. La preocupación por un posible conflicto a gran escala ha impulsado un interés renovado en las infraestructuras de protección civil, como los búnkeres, que han sido parte de la historia de varios países europeos. Finlandia, en particular, se ha convertido en un modelo a seguir en este ámbito, gracias a su extensa red de refugios subterráneos.
Finlandia, que comparte una larga frontera con Rusia, ha desarrollado un sistema de refugios que puede albergar a casi toda su población. Con más de 50,500 búnkeres disponibles, el país está preparado para proteger a 4.8 millones de personas, lo que representa una respuesta efectiva ante la amenaza de un conflicto armado. Estos refugios no solo están diseñados para resistir explosiones y ataques químicos, sino que muchos de ellos también se utilizan para actividades cotidianas, como gimnasios y piscinas, lo que los convierte en parte integral de la vida comunitaria.
El interés por estos refugios ha aumentado significativamente desde la invasión rusa de Ucrania en 2022. La población europea, alarmada por la posibilidad de una guerra a gran escala, ha comenzado a mirar hacia Finlandia como un ejemplo a seguir. El parque acuático Itakeskus en Helsinki es uno de los ejemplos más destacados; sus instalaciones pueden transformarse en un refugio en cuestión de días, con capacidad para 3,800 personas. Este enfoque dual de uso civil y militar ha sido clave para la aceptación de estos espacios por parte de la población.
La visita del presidente ucraniano Volodímir Zelenski a Finlandia subraya la importancia de estos refugios en el contexto actual. Zelenski ha estado buscando formas de fortalecer la defensa de su país y ha encontrado en el modelo finlandés un ejemplo valioso. Asimismo, la realeza danesa también ha mostrado interés en el sistema de refugios de Finlandia, lo que indica que la preocupación por la seguridad no es solo un tema de los ciudadanos comunes, sino que también afecta a las élites.
La historia de los refugios en Finlandia se remonta a 1939, justo antes del estallido de la Guerra de Invierno contra la Unión Soviética. En ese momento, el país se dio cuenta de que no estaba preparado para proteger a su población. Desde entonces, se ha trabajado para construir una red de refugios que pueda resistir no solo ataques convencionales, sino también amenazas más modernas, como la radiación y el colapso de edificios.
La situación actual en Europa ha llevado a otros países a reconsiderar sus propias capacidades de defensa civil. La preocupación por la guerra en Ucrania ha llevado a un aumento en el gasto militar en varios países, incluido Finlandia, que ha anunciado que elevará su gasto militar al 3% de su PIB. Esta decisión refleja una tendencia más amplia en Europa, donde muchos países están reevaluando sus políticas de defensa y seguridad en un mundo cada vez más incierto.
El fenómeno de la búsqueda de refugios no se limita a Finlandia. En otros países europeos, la población también está tomando medidas para prepararse ante posibles crisis. La idea de tener un lugar seguro al que acudir en caso de emergencia se ha vuelto más relevante que nunca. Esto ha llevado a un aumento en la demanda de información sobre cómo construir refugios en casa y cómo prepararse para situaciones de emergencia.
La creciente desesperación por la seguridad ha llevado a un aumento en la popularidad de los refugios a prueba de bombas en toda Europa. La gente está buscando formas de protegerse a sí misma y a sus familias, y los gobiernos están respondiendo a esta demanda con iniciativas para mejorar la infraestructura de protección civil. Sin embargo, la pregunta sigue siendo si estas medidas serán suficientes para calmar los temores de la población o si se necesitarán acciones más drásticas para garantizar la seguridad en el futuro.