Las altas temperaturas que se han registrado recientemente en Euskadi han generado una preocupación significativa en la población y las autoridades sanitarias. Este pasado sábado, un total de 17 personas fueron atendidas por el Servicio de Emergencias de Osakidetza debido a los efectos adversos de la ola de calor. De estas, cinco requirieron ser evacuadas en ambulancia a centros sanitarios, lo que subraya la gravedad de la situación y la necesidad de tomar medidas preventivas.
La ola de calor ha afectado a diversas provincias de la comunidad autónoma, con seis casos reportados en Gipuzkoa, seis en Bizkaia y cinco en Álava. Las altas temperaturas pueden tener un impacto severo en la salud, especialmente en grupos vulnerables como los ancianos, los niños pequeños y las personas con enfermedades crónicas. Por ello, el Departamento de Salud del Gobierno Vasco ha emitido un comunicado instando a la población a seguir las recomendaciones del Plan de Calor 2025, diseñado para mitigar los efectos del calor extremo.
### Recomendaciones para la Población
El Plan de Calor 2025 incluye una serie de recomendaciones que son cruciales para proteger la salud de la población durante los meses más calurosos del año. Entre las medidas más destacadas se encuentra la atención especial a los grupos de riesgo. Esto incluye a menores de cuatro años, personas mayores, embarazadas y aquellos que realizan actividad física al aire libre. La exposición prolongada al sol y las altas temperaturas puede provocar deshidratación, golpes de calor y otros problemas de salud graves.
Una de las recomendaciones más importantes es mantener una comunicación frecuente con las personas mayores que viven solas. Este grupo es especialmente vulnerable y puede no ser capaz de reconocer los síntomas de un golpe de calor o deshidratación. Además, se enfatiza la importancia de no dejar a nadie dentro de un vehículo cerrado, especialmente durante las horas más calurosas del día, ya que las temperaturas dentro de un automóvil pueden alcanzar niveles peligrosos en cuestión de minutos.
El Departamento de Salud también sugiere que las personas se mantengan hidratadas, bebiendo suficiente agua y evitando bebidas alcohólicas y cafeína, que pueden contribuir a la deshidratación. Asimismo, se aconseja usar ropa ligera y de colores claros, y buscar sombra o permanecer en interiores durante las horas pico de calor.
### Atención Sanitaria y Respuesta de Emergencia
La respuesta del Servicio de Emergencias de Osakidetza ante la ola de calor ha sido rápida y efectiva. La atención a las 17 personas afectadas demuestra la capacidad del sistema de salud para manejar situaciones de emergencia. Sin embargo, la necesidad de evacuaciones a centros sanitarios indica que se deben tomar medidas adicionales para prevenir que más personas se vean afectadas.
Las autoridades sanitarias han reiterado la importancia de estar atentos a los síntomas de la exposición al calor, que pueden incluir mareos, confusión, piel caliente y seca, y pérdida de conciencia. En caso de experimentar estos síntomas, es vital buscar atención médica de inmediato. La educación sobre los riesgos asociados con las altas temperaturas es fundamental para reducir la incidencia de casos graves.
Además, se están llevando a cabo campañas de concienciación para informar a la población sobre cómo protegerse durante las olas de calor. Estas campañas incluyen la distribución de folletos informativos, la utilización de redes sociales y la colaboración con organizaciones comunitarias para llegar a los grupos más vulnerables.
La ola de calor no solo afecta la salud física de las personas, sino que también puede tener repercusiones en la salud mental. El estrés térmico puede agravar problemas de salud mental existentes y generar ansiedad en la población. Por lo tanto, es esencial que las comunidades se mantengan unidas y se apoyen mutuamente durante estos períodos difíciles.
En resumen, la ola de calor en Euskadi ha puesto de manifiesto la necesidad de una respuesta coordinada y efectiva por parte de las autoridades sanitarias y la comunidad. La atención a los grupos vulnerables, la educación sobre los riesgos del calor y la promoción de medidas preventivas son fundamentales para garantizar la salud y el bienestar de la población durante los meses más calurosos del año.