La reciente evacuación de 17 ciudadanos españoles de Trípoli, Libia, ha resaltado la importancia de la diplomacia en situaciones de crisis. Este grupo, compuesto principalmente por empresarios, se encontraba en el país norteafricano en una misión comercial cuando estallaron violentos enfrentamientos entre facciones armadas locales. La situación se tornó crítica tras el asesinato de un líder de milicia, lo que llevó a una escalada de la violencia y a la consiguiente evacuación de los ciudadanos españoles.
La misión comercial, que buscaba reanudar relaciones comerciales con Libia tras dos décadas de inactividad, se vio abruptamente interrumpida. Los empresarios, que representaban a diversas comunidades autónomas, se encontraron atrapados en el Hotel Radisson de Trípoli, mientras las balas y los bombardeos resonaban en las calles cercanas. La presidenta de la Federación Asturiana de Mujeres Empresarias, Begoña Fernández Costales, describió la experiencia como aterradora, con noches de disparos y la constante preocupación por su seguridad.
La Embajada de España en Trípoli actuó rápidamente, manteniendo contacto constante con los atrapados y coordinando su protección a través de la policía diplomática. El Ministerio de Asuntos Exteriores español confirmó que, tras una serie de gestiones, el grupo fue trasladado a la residencia del embajador y posteriormente evacuado en un vuelo desde Misrata hacia Roma. Este operativo fue crucial, ya que el aeropuerto de Trípoli permanecía cerrado debido a los enfrentamientos.
### La Violencia en Trípoli: Un Contexto Crítico
La violencia en Trípoli comenzó tras el asesinato de Abdelghani al Kikli, conocido como ‘Ghaniwa’, un líder de una influyente milicia aliada al Gobierno de Unidad Nacional (GUN). Este suceso desató una serie de enfrentamientos entre diferentes facciones armadas, lo que resultó en al menos seis muertos y decenas de heridos. Las calles de Trípoli se convirtieron en un campo de batalla, obligando a las autoridades a cerrar el aeropuerto y a los ciudadanos a buscar refugio.
La situación se complicó aún más para los empresarios españoles, quienes se encontraban en el país con la esperanza de explorar nuevas oportunidades de negocio. La misión, que había comenzado con optimismo, se transformó en un escenario de peligro inminente. La rápida respuesta de la Embajada y el Ministerio de Asuntos Exteriores fue fundamental para garantizar la seguridad de los ciudadanos españoles, quienes, a pesar de la tensión, no sintieron un peligro físico inmediato, según las declaraciones de Roberto Barros, director de Internacional de la Cambra de Comerç de Tarragona.
### La Diplomacia en Acción: Un Operativo de Evacuación
El éxito de la evacuación de los 17 españoles es un testimonio del trabajo diligente de la diplomacia española. La Embajada en Trípoli no solo mantuvo una comunicación constante con los atrapados, sino que también coordinó con las autoridades locales para garantizar su seguridad. La intervención diplomática fue clave para facilitar el traslado del grupo a Misrata, donde pudieron abordar un vuelo hacia Italia.
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, expresó su satisfacción por el desenlace de la situación, agradeciendo el compromiso y la profesionalidad del personal de la embajada. La evacuación se realizó en un contexto de gran incertidumbre, donde la seguridad de los ciudadanos españoles estaba en juego. A pesar de que el aeropuerto de Trípoli sigue cerrado, la rápida acción de las autoridades permitió que el grupo pudiera salir del país sin incidentes adicionales.
En la actualidad, se estima que hay alrededor de 160 españoles registrados en Libia, la mayoría de los cuales son ciudadanos hispano-libios. Muchos han decidido permanecer en el país a pesar de las tensiones, mientras que otros han optado por salir. La Embajada de España mantiene abiertos sus canales de contacto y asistencia consular para aquellos que necesiten ayuda.
La situación en Libia sigue siendo volátil, y la comunidad internacional observa de cerca los desarrollos en el país. La evacuación de los empresarios españoles es un recordatorio de la fragilidad de la paz en la región y de la importancia de la diplomacia en la protección de los ciudadanos en el extranjero. La respuesta rápida y efectiva de las autoridades españolas ha sido fundamental en este caso, y su éxito podría servir como modelo para futuras operaciones de evacuación en situaciones similares.