La literatura hispana se encuentra de luto tras el fallecimiento de Mario Vargas Llosa, un gigante de las letras que dejó una huella imborrable en la narrativa contemporánea. A los 89 años, el autor de obras fundamentales como «La ciudad y los perros» y «La fiesta del Chivo» falleció en su residencia de Lima, Perú, rodeado de su familia. Su muerte fue anunciada por sus hijos a través de redes sociales, donde expresaron su dolor y la esperanza de que su legado literario perdure en el tiempo.
Nacido el 28 de marzo de 1936 en Arequipa, Perú, Vargas Llosa vivió una infancia marcada por la separación de sus padres, lo que influyó profundamente en su obra. Su vida estuvo llena de experiencias que se convirtieron en la materia prima de sus novelas. Desde su educación en colegios como La Salle, donde sufrió un episodio de acoso sexual, hasta su carrera como periodista en el diario «La Crónica», cada etapa de su vida aportó elementos a su narrativa.
A lo largo de su carrera, Vargas Llosa se convirtió en una figura central del llamado «boom latinoamericano», un fenómeno literario que catapultó a varios escritores de la región a la fama internacional en las décadas de 1960 y 1970. Sus obras, caracterizadas por una estructura narrativa innovadora y un profundo análisis de la realidad social y política de América Latina, le valieron numerosos premios, incluido el Nobel de Literatura en 2010. El jurado destacó su habilidad para explorar las estructuras del poder y su crítica a la resistencia y la revuelta individual.
Entre sus obras más destacadas se encuentran «La casa verde», «Conversación en La Catedral» y «Pantaleón y las visitadoras», que no solo reflejan su maestría literaria, sino también su compromiso con la realidad política de su país y de la región. Vargas Llosa no dudó en criticar las dictaduras y los regímenes autoritarios, como lo hizo en «La fiesta del Chivo», donde aborda la represión en la República Dominicana bajo el régimen de Rafael Trujillo.
Su vida personal fue tan intensa como su carrera literaria. Vargas Llosa tuvo un matrimonio tumultuoso con Julia Urquidi, del que se separó, y posteriormente se casó con Patricia Llosa, con quien tuvo tres hijos. Su relación con Patricia fue compleja y estuvo marcada por altibajos, incluyendo una separación y una posterior reconciliación en sus últimos años. En 2023, tras su separación de Isabel Preysler, Vargas Llosa publicó «Le dedico mi silencio», una obra que marcó su retiro de la escritura activa.
A lo largo de su vida, Vargas Llosa también se destacó por su compromiso político. Aunque en sus inicios se inclinó hacia el comunismo, con el tiempo se convirtió en un defensor del liberalismo y la democracia. En 1990, se postuló para la presidencia de Perú, aunque fue derrotado por Alberto Fujimori. Su postura política le valió tanto admiradores como detractores, y mantuvo relaciones con figuras de la derecha, como el expresidente español José María Aznar.
El impacto de Vargas Llosa en la literatura y la cultura hispana es incuestionable. Su obra ha sido traducida a múltiples idiomas y ha influido en generaciones de escritores. A pesar de su fallecimiento, su legado literario y su visión crítica de la sociedad continuarán resonando en el ámbito cultural. La familia de Vargas Llosa ha decidido no realizar ceremonias públicas, respetando su deseo de privacidad en este momento de duelo.
Con su partida, el mundo literario pierde a un maestro, pero su obra perdurará, inspirando a futuros lectores y escritores. Mario Vargas Llosa no solo fue un narrador excepcional, sino también un testigo agudo de su tiempo, cuyas palabras seguirán desafiando y provocando reflexiones sobre la condición humana y la realidad social.