El escenario del juicio entre Just Eat y Glovo ha comenzado a tomar forma en Barcelona, donde se dirime un caso que podría tener repercusiones significativas en el sector de la entrega a domicilio. Just Eat, el gigante holandés de la comida a domicilio, ha demandado a su competidor español Glovo por competencia desleal, reclamando una indemnización de 295 millones de euros. Esta cifra no solo representa una cantidad considerable, sino que también pone de manifiesto las tensiones existentes en un mercado que ha estado en constante evolución, especialmente en lo que respecta a las condiciones laborales de los repartidores.
La demanda se centra en el modelo operativo de Glovo, que ha sido criticado por operar con una flota de repartidores considerados falsos autónomos. En contraste, Just Eat ha mantenido un enfoque más tradicional, empleando a sus repartidores como asalariados. Íñigo Barea, director general de Just Eat, ha argumentado que este modelo de trabajo ha sido perjudicial para su empresa, ya que ha llevado a una pérdida de clientes y cuota de mercado. Según Barea, el régimen de falsos autónomos permite a Glovo operar de manera más ágil, lo que ha afectado directamente la competitividad de Just Eat.
### La Defensa de Just Eat: Un Modelo Laboral Rígido pero Legal
Durante las primeras jornadas del juicio, la defensa de Just Eat ha expuesto su posición, subrayando que su cumplimiento con la ley laboral ha resultado en una operativa más lenta. Barea ha señalado que, aunque su modelo es más rígido e inflexible, es también más ético y responsable. La empresa ha argumentado que la falta de regulación en el modelo de Glovo ha permitido a esta última ganar terreno en el mercado de manera desleal, afectando no solo a Just Eat, sino también a la percepción general de las condiciones laborales en el sector.
El juicio se extenderá hasta el viernes, y se espera que en los próximos días se escuche la defensa de Glovo. Este caso no solo es relevante para las empresas involucradas, sino que también podría sentar un precedente en la regulación del trabajo en plataformas digitales. La creciente preocupación por las condiciones laborales de los repartidores ha llevado a un debate más amplio sobre la necesidad de una regulación más estricta en el sector.
### La Respuesta de Glovo: Apoyo Institucional y Cambios en el Modelo de Negocio
Por su parte, la defensa de Glovo ha comenzado su intervención destacando el apoyo que ha recibido de figuras políticas, como el presidente de la Generalitat, Salvador Illa. Durante la celebración del décimo aniversario de Glovo, Illa reconoció el compromiso de la empresa por adaptarse a la regulación laboral, un paso que podría cambiar la dinámica del mercado de entrega a domicilio en España. Este apoyo institucional podría jugar un papel crucial en la percepción pública del caso y en la estrategia de defensa de Glovo.
Además, Glovo ha anunciado que a partir del 1 de julio comenzará a operar con repartidores asalariados, un cambio significativo en su modelo de negocio que podría mitigar algunas de las críticas que ha enfrentado en los últimos años. Esta decisión se produce en un contexto donde la presión por mejorar las condiciones laborales de los trabajadores de plataformas ha aumentado, especialmente tras una sentencia del Tribunal Supremo que se pronunció en contra de su modelo de falsos autónomos.
La defensa de Glovo también ha hecho hincapié en el apoyo recibido de los sindicatos UGT y CC.OO., quienes han celebrado la paz sindical alcanzada tras años de conflicto. Este respaldo podría ser un factor determinante en la percepción pública del juicio y en la estrategia de Glovo para demostrar que su modelo de negocio está evolucionando en respuesta a las demandas sociales y legales.
El juicio entre Just Eat y Glovo es un claro reflejo de las tensiones que existen en el sector de la entrega a domicilio, donde la competencia desleal y las condiciones laborales son temas candentes. A medida que el juicio avanza, se espera que se presenten más argumentos y evidencias que podrían influir en el futuro de ambas empresas y en la regulación del sector en general. Este caso no solo es un enfrentamiento entre dos gigantes de la entrega a domicilio, sino también una batalla que podría definir el futuro del trabajo en plataformas digitales en España y más allá.