En el vasto universo, donde las estrellas nacen y mueren, un descubrimiento reciente ha desafiado nuestras nociones sobre el hielo, un material que, aunque común en la Tierra, es mucho más complejo de lo que se pensaba. El hielo amorfo de baja densidad (LDA), que constituye la mayor parte de los cometas y se encuentra en las nubes moleculares donde nacen las estrellas, ha revelado que no es simplemente un sólido amorfo, sino que posee una estructura parcialmente cristalina que guarda la memoria de su origen.
### La Complejidad del Agua y sus Formas
El agua es una de las sustancias más familiares y, al mismo tiempo, más enigmáticas de la naturaleza. Aunque la conocemos en sus estados líquido, sólido y gaseoso, su complejidad es asombrosa, con más de 20 formas de hielo cristalino identificadas en laboratorio. Sin embargo, el LDA, que se forma en condiciones específicas en el espacio, ha sido considerado durante casi un siglo como un sólido verdaderamente amorfo, similar al vidrio. Esta percepción ha sido fundamental para explicar las anomalías del agua líquida y fenómenos cosmológicos.
Recientemente, un estudio publicado en la revista Physical Review B ha desafiado esta visión, presentando pruebas de que el LDA no es completamente amorfo. Un equipo de investigadores de la University College de Londres y la Universidad de Cambridge utilizó simulaciones computacionales y experimentos de laboratorio para explorar la naturaleza del LDA. Sus hallazgos sugieren que este hielo cósmico es un material híbrido, con una estructura que combina características de lo cristalino y lo amorfo.
### Un Enfoque Innovador para Desentrañar el Misterio
Para abordar la complejidad del LDA, los científicos emplearon dos modelos de agua reconocidos y exploraron diferentes métodos para crear LDA en simulaciones. En un enfoque, simularon el enfriamiento ultrarrápido de agua líquida, descubriendo que el mejor ajuste para los datos experimentales no era ni completamente amorfo ni completamente cristalino, sino un punto intermedio. Este escenario, descrito como «Ricitos de Oro», muestra que el hielo está parcialmente cristalizado, con pequeños granos de hielo cristalino incrustados en una matriz de hielo amorfo.
En otro enfoque, los investigadores construyeron grandes estructuras compuestas por miles de pequeños granos de hielo cristalino orientados al azar. Al relajar estas estructuras, las tensiones en las fronteras entre los granos generaron regiones amorfas. Nuevamente, el modelo que mejor replicaba el LDA experimental resultó ser una estructura parcialmente cristalina, con aproximadamente un 25% de material cristalino y un 75% de material amorfo. Esta convergencia de resultados de diferentes métodos refuerza la idea de que el LDA real es, de hecho, parcialmente cristalino.
### El Efecto Memoria: Un Hielo que Recuerda
Uno de los hallazgos más intrigantes de este estudio es el denominado «efecto memoria». Si el LDA fuera un material verdaderamente amorfo, su historia de formación no debería influir en su comportamiento posterior. Sin embargo, los investigadores descubrieron que al calentar muestras de LDA preparadas a partir de diferentes materiales parentales, la estructura del hielo resultante variaba significativamente. Este efecto memoria sugiere que el LDA contiene diminutos «nanocristales» que heredaron su estructura del material parental, actuando como núcleos para el crecimiento de cristales más grandes.
### Implicaciones de un Hielo Redefinido
El descubrimiento de que el LDA es una estructura híbrida tiene implicaciones profundas en varios campos. En primer lugar, sugiere que el LDA está compuesto por nanocristales de hielo de entre 15 y 30 Å (1.5 a 3 nanómetros) de diámetro, lo que explica por qué habían pasado desapercibidos. Además, este hallazgo resuelve el debate sobre subestados como LDA-I y LDA-II, sugiriendo que no son fundamentalmente diferentes, sino variaciones del mismo estado parcialmente cristalino.
Desde la perspectiva de la astroquímica y la cosmología, el estudio indica que la superficie del hielo en el espacio podría actuar como un catalizador para reacciones químicas que forman moléculas orgánicas complejas, precursoras de la vida. La presencia de dominios cristalinos en este hielo podría alterar significativamente estas reacciones, lo que podría tener repercusiones en nuestra comprensión del origen de la vida en el universo.
Además, el estudio tiene implicaciones para la criopreservación y la microscopía crioelectrónica, técnicas que dependen de la vitrificación del agua. Este hallazgo sugiere que lograr un estado verdaderamente amorfo es más complicado de lo que se pensaba, y la presencia de nanocristales no detectados podría comprometer la integridad de las muestras biológicas.
Finalmente, este trabajo plantea preguntas fundamentales sobre otros materiales considerados amorfos, como el silicio amorfo utilizado en la electrónica. Podría ser que muchos «vidrios» contengan un orden cristalino oculto a nanoescala, lo que abre nuevas vías para el diseño de materiales con propiedades innovadoras. En resumen, el hielo cósmico, lejos de ser un simple vidrio desordenado, posee una estructura híbrida compleja que apenas comenzamos a comprender.