La situación económica en Cataluña ha llevado al Govern de Salvador Illa a implementar medidas que buscan mitigar los efectos de la falta de nuevos presupuestos. En un reciente movimiento, el Parlament ha convalidado un decreto que destina 1.300 millones de euros a diversas áreas, incluyendo sueldos con ajustes por el IPC. Este decreto es parte de un esfuerzo más amplio para asegurar la estabilidad económica en la región, a pesar de las dificultades que enfrenta el Ejecutivo catalán.
### Inyección Económica y Apoyo Parlamentario
El decreto aprobado por el Parlament representa una inyección significativa de recursos, con más de 900 millones destinados a sueldos y otros 388 millones que se han negociado con Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y los Comuns. Este apoyo parlamentario es crucial, ya que permite al Govern avanzar en sus planes económicos a pesar de la falta de un presupuesto formal. La consellera de Economía, Alícia Romero, ha destacado que esta ampliación de crédito es posible gracias a la mejora en los ingresos de la Generalitat, que se prevé que crezcan un 14,6% en comparación con años anteriores.
Romero ha subrayado que la economía catalana está en una buena situación, con un crecimiento proyectado del 3,6% para 2024. Sin embargo, el portavoz adjunto de ERC, Jordi Albert, ha advertido que el monto destinado a las ayudas para empresas afectadas por la política arancelaria de EE.UU. podría variar, dependiendo de la evolución de la situación. Este aspecto refleja la incertidumbre que rodea a las políticas comerciales internacionales y su impacto en la economía local.
El decreto también incluye medidas para el sector agrícola, que ha sufrido pérdidas significativas debido a granizadas recientes. Albert ha instado a la consellera a activar de inmediato los 30 millones de euros destinados a mitigar estos efectos, subrayando la importancia de garantizar los puestos de trabajo en el sector.
### Críticas y Desafíos en el Debate Parlamentario
A pesar del apoyo recibido, el decreto no ha estado exento de críticas. Durante el debate en el Parlament, el diputado de Junts, Jaume Giró, ha cuestionado la frecuencia con la que se están utilizando los suplementos de crédito, argumentando que un gobierno que se considere normalizado no debería depender de medidas excepcionales para gestionar su economía. Giró ha instado al Govern a evitar un aumento desmedido del gasto público y a no cargar a los trabajadores con una subida de impuestos encubierta.
Desde el Partido Popular, la diputada Miriam Casanova ha expresado su oposición al decreto, señalando que representa una continuación de las políticas fallidas del anterior Govern, caracterizadas por una gestión fiscal deficiente y un gasto innecesario. Joan Garriga, de Vox, ha criticado al Ejecutivo por su enfoque de gasto desenfrenado, advirtiendo sobre las consecuencias que esto podría tener para las futuras generaciones.
Por otro lado, los Comuns han defendido el decreto como un resultado de un buen acuerdo que incluye inversiones en vivienda, salud pública y medidas para enfrentar la guerra comercial. David Cid, portavoz de los Comuns, ha resaltado la importancia de estas iniciativas en el contexto actual. La CUP también ha manifestado su apoyo, aunque ha llamado a una reflexión sobre el modelo de gobernanza actual, sugiriendo que se está presentando un enfoque fragmentado que no aborda adecuadamente los desafíos a largo plazo del país.
Finalmente, Sílvia Orriols, de Aliança Catalana, ha criticado la falta de debate parlamentario y la tendencia del Govern a recurrir a soluciones improvisadas. Estas críticas reflejan un descontento más amplio con la forma en que se están gestionando las finanzas públicas en Cataluña, así como la necesidad de un enfoque más estructurado y sostenible para abordar los problemas económicos de la región.
En resumen, el reciente decreto aprobado por el Parlament es un intento del Govern de Salvador Illa de asegurar recursos económicos en un contexto de incertidumbre. A pesar del apoyo de algunos grupos parlamentarios, las críticas sobre la gestión fiscal y la dependencia de medidas excepcionales resaltan la complejidad de la situación económica en Cataluña y los desafíos que enfrenta el Ejecutivo para mantener la estabilidad y el crecimiento en la región.