El próximo 6 de junio, Barcelona será el escenario de la XXVIII conferencia de presidentes autonómicos, un evento que promete ser crucial para el futuro de la política territorial en España. Este encuentro, que se celebrará en el palacio de Pedralbes, marca un hito al ser la primera vez que se realiza en esta ciudad desde la creación de este foro en 2004. La cita, convocada por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tiene como objetivo principal fomentar el diálogo y la cooperación entre las distintas comunidades autónomas, aunque no está exenta de tensiones y desafíos.
La conferencia se llevará a cabo en un contexto político complejo, donde las diferencias entre los gobiernos autonómicos y el central son evidentes. Salvador Illa, presidente de la Generalitat de Catalunya, ha enfatizado la importancia de encontrar espacios de cooperación, a pesar de las tensiones que han surgido en encuentros anteriores. En la última conferencia, por ejemplo, Illa tuvo un intercambio tenso con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quien criticó la falta de solidaridad fiscal de algunas comunidades. Este tipo de confrontaciones pone de manifiesto las divisiones que persisten en el panorama político español.
Uno de los temas centrales que se abordará en la conferencia es el acceso a la vivienda, un problema que afecta a muchas comunidades autónomas y que ha cobrado especial relevancia en los últimos años. La crisis de vivienda ha llevado a un aumento en la demanda de políticas efectivas que garanticen el derecho a un hogar digno para todos los ciudadanos. Además, se discutirá la formación profesional y universitaria, un aspecto clave para el desarrollo económico y social de las regiones.
Sin embargo, a pesar de la importancia de estos temas, el Gobierno no tiene previsto incluir en la agenda la discusión sobre la nueva financiación autonómica, un asunto que ha generado un intenso debate en los últimos meses. La financiación es un tema espinoso que ha sido objeto de críticas por parte de varios presidentes autonómicos, incluidos algunos del Partido Popular, quienes han calificado la reforma de financiación como una prioridad. La portavoz del Ejecutivo andaluz, Carolina España, ha subrayado la urgencia de abordar este tema, lo que indica que la presión para discutir la financiación podría aumentar en los días previos a la conferencia.
El contexto político también se complica por la proximidad de otros eventos importantes, como el congreso del Partido Popular, que se celebrará en Madrid los días 5 y 6 de julio. Esta coincidencia en el calendario podría influir en la dinámica de la conferencia, generando un ambiente tenso y competitivo entre los diferentes líderes autonómicos. La presión por parte de los presidentes del PP para incluir la financiación en la agenda podría llevar a un enfrentamiento directo con el Gobierno, lo que complicaría aún más el diálogo.
Por otro lado, el Ministerio de Hacienda, liderado por María Jesús Montero, está trabajando en la definición de un nuevo modelo de financiación para Catalunya, un proceso que se ha caracterizado por su complejidad técnica y administrativa. Las reuniones entre representantes de Hacienda, la Generalitat y ERC se llevan a cabo cada quince días, con el objetivo de avanzar en el diseño de un modelo que responda a las necesidades específicas de Catalunya. Este proceso debe concluir antes del 30 de junio, lo que añade una presión adicional sobre el Gobierno y los líderes autonómicos para llegar a un acuerdo.
La última conferencia de presidentes, celebrada en Santander, ya había puesto de relieve la necesidad de abordar la financiación, aunque también se discutieron otros temas como la migración y la sanidad. En ese encuentro, Sánchez propuso una quita de deuda autonómica, una medida que fue recibida con escepticismo por parte de los presidentes del PP, quienes la consideraron un intento de desviar la atención de las críticas hacia el sistema de financiación actual. Este tipo de dinámicas pone de manifiesto la dificultad de alcanzar consensos en un entorno político tan fragmentado.
A medida que se acerca la fecha de la conferencia, las expectativas y tensiones aumentan. La capacidad del Gobierno para gestionar las demandas de los diferentes presidentes autonómicos y encontrar un terreno común será crucial para el éxito del encuentro. La conferencia no solo es una oportunidad para discutir temas importantes, sino también un testimonio de la capacidad de diálogo y cooperación entre las distintas comunidades autónomas en un momento de creciente polarización política. La forma en que se desarrollen las conversaciones en Barcelona podría tener un impacto significativo en la política territorial en España en los próximos meses.