A medida que se alcanza el ecuador de la legislatura, el proyecto político de Sumar, impulsado por Yolanda Díaz, se encuentra en una encrucijada. Desde su creación en 2023, Sumar ha prometido regenerar la izquierda a la izquierda del PSOE, pero ha enfrentado numerosos desafíos que han puesto a prueba su cohesión y efectividad. A pesar de las tensiones internas y la falta de comunicación con Podemos, Sumar se mantiene en pie, pero con la necesidad urgente de demostrar su relevancia en el panorama político español.
La génesis de Sumar fue ambiciosa, marcada por un largo proceso de escucha que culminó en la formación de una candidatura conjunta con casi una veintena de partidos, incluyendo Izquierda Unida y Compromís. Sin embargo, este inicio prometedor se vio empañado por la creciente tensión con Podemos, que resultó en la salida de varios diputados del grupo confederal. Esta situación ha dejado a Sumar en una posición delicada, con un número de escaños que podría seguir disminuyendo si otros socios territoriales deciden abandonar el proyecto.
### La Fragilidad de la Coalición
Las elecciones de julio de 2023 otorgaron a Sumar un resultado significativo, con 31 escaños que le permitieron convertirse en un socio minoritario del Gobierno de Pedro Sánchez. Sin embargo, este éxito se ha vuelto frágil. La reciente baja de la diputada de Més Compromís, Águeda Micó, ha reducido a Sumar a 26 escaños, y la posibilidad de que otros miembros, como los de la Chunta Aragonesista y Més per Mallorca, sigan su ejemplo, añade presión sobre la coalición.
La inestabilidad interna ha llevado a movimientos estratégicos entre los miembros de Sumar. Por ejemplo, Gala Pin, diputada de los Comuns, renunció a su escaño por motivos personales, mientras que Candela López decidió permanecer en su puesto para evitar que su salida permitiera la entrada de un diputado de Podemos, lo que podría alterar el equilibrio interno del grupo. Estas decisiones reflejan la constante preocupación por el crecimiento de la influencia de Podemos en el Congreso, lo que ha llevado a Sumar a maniobrar cuidadosamente para mantener su posición.
A pesar de estos desafíos, Yolanda Díaz ha mostrado un optimismo renovado al inicio del nuevo curso político. La aprobación de permisos parentales ampliados en el último Consejo de Ministros de julio se considera un logro significativo que Sumar pretende utilizar como plataforma para impulsar otras iniciativas clave, como la negociación de un nuevo salario mínimo interprofesional y la reducción de la jornada laboral sin pérdida de salario. Sin embargo, el camino hacia estos objetivos no será fácil, ya que Díaz debe navegar en un entorno donde el PSOE domina la agenda legislativa.
### La Lucha por la Cohesión y la Relevancia
El reto para Sumar es doble: consolidar su identidad dentro de un Gobierno donde el PSOE marca la pauta y resistir las presiones que amenazan con fragmentar su coalición. La falta de coordinación con Podemos ha convertido cada votación en un ejercicio de geometría variable, donde los morados actúan de manera independiente y, en ocasiones, se alinean con otros grupos para debilitar al Ejecutivo. Esta dinámica ha llevado a Díaz a reconocer la existencia de una «mayoría destructiva» en el Congreso, capaz de bloquear iniciativas del Gobierno.
El horizonte político se complica aún más con la llegada de los presupuestos generales del Estado, que se perfilan como una prueba crucial para Sumar. La capacidad del Gobierno para aprobarlos dependerá de su habilidad para sumar apoyos de Junts, Podemos y otros aliados. Cada grupo tiene sus propios intereses, y Sumar es consciente de que un posible adelanto electoral podría poner en riesgo su unidad y la implementación de sus promesas electorales.
En estos dos años, Sumar ha aprendido que gobernar y cohesionar un amplio espectro de fuerzas políticas no es una tarea sencilla. La falta de una estructura política sólida y una comunicación constante han dificultado su capacidad para avanzar en sus objetivos. La segunda mitad de la legislatura será un verdadero campo de pruebas, no solo para la implementación de nuevas medidas sociales, sino también para la viabilidad de un proyecto que nació con la intención de sumar, pero que ahora parece más centrado en evitar que otros resten.
A medida que Sumar navega por este complejo panorama, la capacidad de Yolanda Díaz para mantener la cohesión y avanzar en su agenda será fundamental para el futuro del proyecto. La presión interna y externa que enfrenta podría definir no solo el destino de Sumar, sino también el futuro de la izquierda en España.