La situación de Juana Rivas ha captado la atención mediática y social en España, especialmente tras la reciente decisión del Juzgado de Primera Instancia 3 de Granada de aplazar la entrega de su hijo menor al padre, Francesco Arcuri. Este aplazamiento se produce en un contexto de tensiones familiares y judiciales que han marcado la vida de Rivas desde hace varios años.
El pasado martes, el tribunal decidió que el menor regresaría con su madre hasta el próximo viernes, momento en el que se espera que se resuelva la ejecución de la resolución judicial emitida por los tribunales italianos. Esta decisión se produce después de que el Tribunal Constitucional inadmitiera a trámite la solicitud de suspensión presentada por Rivas, quien había solicitado que se detuviera la entrega del niño debido a sus preocupaciones sobre su bienestar.
### Contexto Judicial y Familiar
Juana Rivas, madre de dos hijos, fue condenada en 2021 a dos años y medio de prisión por el delito de sustracción de menores. En 2017, Rivas había estado en paradero desconocido con sus hijos durante un mes, incumpliendo las resoluciones judiciales que le obligaban a entregarlos a su ex pareja, Francesco Arcuri. Esta situación ha generado un prolongado conflicto legal que ha involucrado tanto a las autoridades españolas como a las italianas.
El padre del menor, Francesco Arcuri, ha expresado su deseo de regresar a Italia con su hijo y ha manifestado su confianza en que el proceso judicial le permitirá aclarar su situación. Sin embargo, Arcuri también enfrenta una investigación en Italia por supuestos malos tratos, lo que añade una capa de complejidad al caso. A pesar de las denuncias de Rivas sobre el comportamiento de Arcuri, la Audiencia Provincial de Granada ha desestimado las peticiones de la madre para suspender la entrega del niño, argumentando que la ejecución de la resolución italiana no contraviene el orden público español ni el interés superior del menor.
El menor, que ha estado bajo el cuidado de su madre desde finales del año pasado, ha expresado su miedo ante la posibilidad de regresar con su padre. En el punto de encuentro familiar, el niño llegó acompañado de su madre y otros familiares, donde se mostró visiblemente angustiado, incluso llegando a manifestar su temor de que le pudieran «matar». Este tipo de declaraciones ha generado preocupación y ha llevado a que el Juzgado de Primera Instancia de Granada considere la situación con extrema seriedad.
### Reacciones y Apoyo Social
La llegada del menor al punto de encuentro familiar fue un momento cargado de emociones, no solo para la familia, sino también para los medios de comunicación y los curiosos que se congregaron en el lugar. La directora general de Derechos de la Infancia y Adolescencia, Sandra Gómez de Garmendia, estuvo presente para asegurar que se respetaran los derechos del menor durante este proceso tan delicado. Además, miembros de la plataforma de apoyo a Juana Rivas y otros grupos de defensa de los derechos de la mujer también se hicieron presentes, mostrando su solidaridad con la madre y su hijo.
El caso de Juana Rivas ha suscitado un amplio debate en la sociedad española sobre la custodia de los menores, los derechos de las madres y la protección de los niños en situaciones de conflicto familiar. La historia ha resonado en las redes sociales, donde muchos han expresado su apoyo a Rivas y han cuestionado las decisiones judiciales que han llevado a esta situación. Las redes sociales se han convertido en un espacio de discusión donde se han compartido tanto opiniones a favor como en contra de las acciones de Rivas y Arcuri.
Este caso no solo es un ejemplo de las complicaciones que pueden surgir en los procesos de custodia, sino que también refleja la necesidad de un enfoque más humano y comprensivo en la resolución de conflictos familiares. La voz del menor, que ha manifestado su miedo y angustia, debe ser escuchada y considerada en todas las decisiones que le afectan.
A medida que se acerca la nueva fecha de entrega, la atención sobre este caso seguirá creciendo, y es probable que continúe generando debate sobre la protección de los derechos de los menores y el papel de la justicia en la resolución de conflictos familiares. La situación de Juana Rivas y su hijo menor es un recordatorio de que detrás de cada caso judicial hay seres humanos con emociones, miedos y esperanzas que merecen ser atendidos con sensibilidad y respeto.