Las redes sociales han transformado la forma en que consumimos información, pero también han dado voz a movimientos que desafían el conocimiento científico establecido. Uno de los fenómenos más preocupantes en este ámbito es el creciente negacionismo en torno a la protección solar. Influencers y figuras públicas en plataformas como TikTok e Instagram están promoviendo la idea de que las cremas solares son innecesarias o incluso perjudiciales, desafiando décadas de investigación científica que demuestran su importancia en la prevención del daño cutáneo y el cáncer de piel.
### La desinformación en redes sociales
El fenómeno del negacionismo en la protección solar ha cobrado fuerza en los últimos años, impulsado por la popularidad de ciertos influencers que abogan por un enfoque más «natural». A través de videos virales, estos individuos argumentan que las cremas solares contienen «químicos» dañinos que podrían causar cáncer, instando a sus seguidores a evitar su uso y, en algunos casos, a fabricar sus propios productos en casa. Esta narrativa ha encontrado eco en un público que, en ocasiones, prefiere la información simplificada y emocional a la evidencia científica.
Sin embargo, la realidad es que la radiación ultravioleta (UV) del sol es un conocido factor de riesgo para el desarrollo de cáncer de piel. La Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) ha subrayado la importancia de proteger la piel frente a la exposición solar, ya que el daño se acumula a lo largo de la vida. La idea de que nuestros ancestros no utilizaban protección solar es un argumento falaz; civilizaciones antiguas como los egipcios y los griegos ya empleaban métodos rudimentarios para protegerse del sol, aunque sus soluciones eran limitadas en comparación con los productos modernos.
La historia de la protección solar se remonta al siglo XIX, cuando se realizaron los primeros estudios que vinculaban la exposición solar con el daño cutáneo. En 1889, el profesor sueco Erik Johan Widmark demostró que la radiación UV causaba eritema y quemaduras en la piel, lo que llevó al desarrollo de los primeros fotoprotectores. Desde entonces, la ciencia ha avanzado significativamente, y hoy en día contamos con productos que no solo protegen la piel, sino que también son seguros y eficaces.
### La ciencia detrás de la protección solar
El doctor José Aguilera, fotobiólogo y profesor de Dermatología, es uno de los expertos que ha salido al paso de estas afirmaciones erróneas. En sus investigaciones, ha demostrado que los fotoprotectores son seguros y que su uso no impide la producción de vitamina D, un nutriente esencial para la salud. De hecho, en un estudio realizado con niños, se observó que aquellos que utilizaban protector solar tenían niveles más altos de vitamina D que los que no lo hacían. Esto contradice la creencia popular de que el uso de cremas solares bloquea la síntesis de este nutriente.
Además, Aguilera enfatiza que no existe evidencia científica que vincule el uso de fotoprotectores tópicos con alteraciones endocrinas o cáncer. Por el contrario, hay una sólida base de datos que respalda la efectividad de la protección solar en la prevención del cáncer de piel, lo que ha salvado millones de vidas. La AEDV ha advertido que en España se diagnostican más de 78,000 nuevos casos de cáncer de piel cada año, y se espera que el melanoma se convierta en el segundo tumor más común a nivel global para 2040.
La creciente desconfianza hacia la ciencia y la medicina convencional es un fenómeno que va más allá de la protección solar. En un mundo donde la información es fácilmente accesible, la desinformación puede propagarse rápidamente, alimentando movimientos que desafían el conocimiento científico. Este fenómeno ha sido analizado por expertos en ética y filosofía, quienes señalan que el rechazo a la ciencia puede ser un signo de los tiempos, impulsado por un individualismo que busca la autoafirmación a expensas de la verdad objetiva.
La influencia de las redes sociales en la difusión de estas ideas es innegable. Plataformas como TikTok se han convertido en espacios donde la desinformación puede florecer, y donde los mensajes que desafían la ciencia pueden alcanzar audiencias masivas. Este entorno ha permitido que figuras públicas, a menudo sin formación científica, se conviertan en referentes en temas de salud y bienestar, lo que plantea un desafío significativo para la educación y la comunicación científica.
La protección solar es un tema que debería ser abordado con seriedad y rigor. La evidencia científica respalda su uso como una herramienta esencial para la salud de la piel. A medida que el negacionismo continúa ganando terreno, es crucial que los profesionales de la salud y la comunidad científica se unan para contrarrestar la desinformación y promover un enfoque basado en la evidencia. La salud pública depende de ello, y la protección solar es una de las medidas más efectivas para prevenir el cáncer de piel y otros daños cutáneos.