La reciente encuesta del CIS ha puesto de manifiesto que la inmigración se ha convertido en uno de los principales temas de preocupación para los españoles, ocupando el tercer lugar en la lista de problemas más apremiantes. Este contexto ha permitido a Vox, el partido liderado por Santiago Abascal, capitalizar el descontento social y recuperar terreno en las encuestas, alcanzando cifras que lo colocan nuevamente en la senda de los 50 escaños. Sin embargo, el crecimiento de Vox no se limita a ser una simple respuesta al descontento por la inmigración; el partido sostiene que su ascenso es un reflejo del agotamiento del sistema político actual, lo que les otorga una base sólida para un crecimiento sostenido.
La dinámica interna del partido es compleja, con sectores que muestran un optimismo moderado sobre el potencial de crecimiento electoral, mientras que otros abogan por una postura más cautelosa, considerando que un 15% de apoyo ya es un logro significativo. A pesar de las tensiones internas, hay un consenso en que la entrada de Vox en el Gobierno no es inminente. Un miembro influyente del partido ha afirmado que «tendría que ocurrir algo de calado para que se altere nuestro crecimiento en las encuestas», sugiriendo que la tendencia actual es una recuperación natural desde su entrada al Parlamento en 2019.
El crecimiento de Vox se ha visto acompañado por un aumento paralelo en el apoyo al Partido Popular (PP), lo que se atribuye a la erosión de la confianza en el Gobierno del PSOE. Las proyecciones actuales sugieren que el PP podría alcanzar alrededor del 35% de los votos, mientras que Vox se posiciona en torno al 15%. Este fenómeno ha llevado a una reevaluación de las estrategias internas de Vox, que recientemente ha comenzado a realizar encuestas demoscópicas para reconectar con su electorado tras una caída significativa en las elecciones de julio de 2023, cuando el partido enfrentó una crisis interna marcada por la salida de figuras clave.
La inmigración ha emergido como un tema central en la agenda política española, especialmente tras los eventos de julio de 2024, cuando el traslado de menores migrantes desde Canarias a la península intensificó la preocupación pública. Este episodio provocó una crisis política que culminó con la salida de Vox de los gobiernos autonómicos del PP, un movimiento que refleja la desconfianza histórica de Abascal hacia los populares. Un miembro del partido ha señalado que «Abascal nunca tuvo entusiasmo en entrar en los gobiernos del PP porque nunca se ha fiado de los populares», lo que subraya la complejidad de las relaciones entre ambos partidos.
A medida que la inmigración se convierte en un tema recurrente en los debates políticos, Vox ha comenzado a influir en el discurso del PP, empujándolos hacia una postura más firme en este asunto. Esta estrategia ha sido evidente en eventos recientes, donde se ha escuchado un discurso más contundente por parte de los líderes del PP. Sin embargo, Vox también critica a los populares por su falta de convicción en el tema, argumentando que el PP está adoptando su retórica por consideraciones electorales.
El PP ha identificado la inmigración como una de sus prioridades para el próximo ciclo político, y su enfoque se centra en la legalidad y en aquellos inmigrantes que llegan a España con la intención de trabajar y cumplir con la ley. Alberto Núñez Feijóo, líder del PP, ha enfatizado que «no puede ser que se convierta en una nación con las puertas abiertas a la delincuencia», lo que refleja un intento de alinearse con las preocupaciones de los votantes.
La relación entre Vox y el PP es tensa y está marcada por la desconfianza. A pesar de los contactos privados entre Feijóo y Abascal, la posibilidad de que Vox entre en el Gobierno sigue siendo un tema delicado. Desde Vox, se considera que la entrada en el Consejo de Ministros podría comprometer su crecimiento electoral, dado que la historia ha demostrado que los partidos más pequeños en coaliciones tienden a ser absorbidos por los más grandes. Esta percepción ha llevado a Vox a rechazar la idea de formar parte del Gobierno, prefiriendo mantener su independencia y continuar su ascenso en las encuestas.
La crítica de Vox hacia el PP se centra en la percepción de que los populares han hecho concesiones al PSOE en temas sensibles, como la renovación del Consejo General del Poder Judicial. Esta narrativa es utilizada por Vox para consolidar su posición como la verdadera alternativa a la izquierda, presentándose como el partido que defiende los intereses de los españoles frente a un sistema que consideran agotado y corrupto. En este contexto, la inmigración no solo es un tema de debate, sino que se ha convertido en un símbolo de la lucha por el futuro político de España, donde Vox busca posicionarse como la voz de un electorado cansado de las promesas incumplidas y de un sistema que ya no responde a sus necesidades.