En los últimos meses, la plataforma de streaming Kick ha captado la atención de la opinión pública debido a varios incidentes controversiales y su creciente popularidad entre los jóvenes. Con sede en la isla caribeña de Curaçao, Kick ha sido objeto de críticas por la naturaleza de algunos de sus contenidos, especialmente aquellos relacionados con el juego online. Este fenómeno ha generado preocupaciones sobre la influencia que puede tener en la juventud, dado que un alto porcentaje de su audiencia se encuentra en el rango de edad de 16 a 34 años. La combinación de streaming en vivo y promoción de juegos de azar plantea un dilema ético y social que merece ser analizado en profundidad.
El fenómeno del trash streaming ha tomado fuerza en Kick, donde algunos creadores de contenido han llevado sus emisiones a extremos peligrosos. Casos como el de un influencer francés que transmitió durante diez días sin dormir han resaltado los riesgos asociados a este tipo de contenido. Además, situaciones como las de Simón Pérez y Silvia Charro, quienes consumieron drogas en sus directos a cambio de donaciones, han puesto en evidencia la falta de regulación y supervisión en la plataforma. Este tipo de contenido, que se puede clasificar como “retransmisión degradante en directo”, no solo plantea cuestiones morales, sino que también tiene implicaciones serias para la salud mental y el bienestar de los espectadores, especialmente los más jóvenes.
### La Influencia del Juego Online en la Juventud
Uno de los aspectos más preocupantes de Kick es su relación con el juego online. La plataforma ha sido criticada por promover enlaces a casinos virtuales, como Stake y Locowin, que operan sin cumplir con las regulaciones de la Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ) en España. Estos enlaces suelen ofrecer bonos de bienvenida que permiten a los nuevos usuarios jugar con créditos proporcionados por las casas de apuestas. Esta estrategia no solo facilita el acceso a los juegos de azar, sino que también puede contribuir a la normalización del juego como una actividad de ocio entre los adolescentes.
Según un informe de la plataforma de estudios de mercado Wifitalents, el 65% de la audiencia de Kick se encuentra en el grupo de edad de 16 a 34 años. Esto es alarmante, ya que la exposición a contenidos relacionados con el juego puede aumentar el riesgo de desarrollar adicciones. Un estudio del Ministerio de Sanidad de 2023 reveló que el 17,7% de los estudiantes de secundaria han jugado a juegos de azar en locales físicos, y un 10% lo ha hecho online. Además, el 4% de los jóvenes de entre 14 y 18 años se encuentra en riesgo de caer en la ludopatía. Estos datos sugieren que la influencia de plataformas como Kick podría estar contribuyendo a un aumento en la aceptación y práctica del juego entre los jóvenes.
El acceso a Kick está restringido para menores de 13 años, pero el sistema de verificación de edad es fácilmente eludible. Los usuarios solo necesitan ingresar su fecha de nacimiento, lo que plantea un riesgo significativo para los adolescentes que pueden acceder a contenido inapropiado. La doctora Dominica Díez Marcet, psicóloga clínica, señala que el juego se ha normalizado como una forma de entretenimiento, lo que puede llevar a los jóvenes a subestimar los riesgos asociados. La influencia de los streamers, quienes a menudo son vistos como modelos a seguir, puede motivar a los adolescentes a participar en actividades de juego que de otro modo evitarían.
### Kick y su Competencia: Un Nuevo Paradigma en el Streaming
A pesar de no ser la plataforma de streaming más grande, Kick ha logrado atraer a una base de usuarios leales que pasan más tiempo conectados y donan más a sus creadores de contenido en comparación con otras plataformas como Twitch. Esto se debe en parte a la política de reparto de ingresos de Kick, que permite a los streamers quedarse con el 95% de los ingresos generados, en contraste con el 70% que ofrece Twitch. Esta diferencia ha hecho que muchos creadores de contenido se sientan atraídos por la plataforma, lo que a su vez ha incrementado la promoción de casinos online.
El éxito de Kick en el mercado hispanohablante se ha visto impulsado por la contratación de influencers populares, como Westcol, quien ha afirmado recibir más de 2.500 dólares por cada hora de emisión. Esta estrategia ha permitido a Kick expandir su influencia en el mundo del streaming, pero también ha generado preocupaciones sobre la legalidad de sus operaciones en España. La promoción de casinos que no están regulados en el país puede considerarse una infracción grave, con multas que oscilan entre 100.000 y 1.000.000 de euros. Sin embargo, la falta de control sobre los servidores de estos casinos, que no están alojados en España, dificulta la aplicación de sanciones efectivas.
En respuesta a la creciente preocupación por la exposición de los jóvenes a juegos de azar, el Estado ha lanzado campañas para crear un entorno digital más seguro. Aunque estas iniciativas no se centran exclusivamente en los casinos online, buscan advertir sobre los riesgos del juego y regular la publicidad de bonos de bienvenida. Sin embargo, estas medidas solo se aplican a los casinos que cumplen con las regulaciones de la DGOJ, dejando a plataformas como Kick en una zona gris donde pueden operar sin restricciones.
La situación actual de Kick y su relación con el juego online plantea preguntas importantes sobre la responsabilidad de las plataformas de streaming y su papel en la promoción de actividades potencialmente dañinas. A medida que el fenómeno del streaming continúa evolucionando, será crucial que tanto los creadores de contenido como las plataformas tomen medidas para proteger a sus audiencias, especialmente a los más jóvenes, de los riesgos asociados con el juego y otros contenidos perjudiciales.
