En las afueras de Barcelona, un grupo de apasionados jugadores se reúne cada fin de semana para practicar ecuavoley, un deporte que ha ganado popularidad entre la comunidad ecuatoriana en España. Este juego, que se asemeja al voleibol, se ha convertido en un símbolo de identidad y cohesión para muchos inmigrantes que buscan mantener vivas sus tradiciones. En un ambiente festivo y familiar, el ecuavoley no solo es un deporte, sino un punto de encuentro que permite a los ecuatorianos en el extranjero sentirse más cerca de su hogar.
La cancha de ecuavoley, ubicada en un descampado conocido como la cancha del Rey Juan Carlos, se ha convertido en un lugar emblemático para la comunidad ecuatoriana en Barcelona. Cada fin de semana, hasta 600 personas se reúnen para jugar, socializar y disfrutar de la compañía de otros compatriotas. Milton Ortiz, un veterano jugador y representante del deporte en la ciudad, destaca la importancia de este espacio: «Aquí nos llegamos a juntar hasta 600 personas. A medida que van saliendo del trabajo, van apareciendo unos y otros». Este ambiente festivo se complementa con puestos improvisados que ofrecen comida típica ecuatoriana, como chicharrones y salchipapas, creando una atmósfera de celebración y camaradería.
### La Evolución del Ecuavoley en España
El ecuavoley, que se originó en Ecuador, ha encontrado un hogar en España, donde ha evolucionado y se ha adaptado a las circunstancias locales. A diferencia del voleibol tradicional, el ecuavoley se juega con una red más alta y un balón de fútbol, lo que lo hace más accesible para los jugadores. Las reglas son más flexibles, permitiendo que los jugadores retengan el balón por más tiempo y dándole la oportunidad a los menos experimentados de jugar con dos manos. Esta estructura facilita la inclusión y fomenta la participación de todos, independientemente de su nivel de habilidad.
Sin embargo, la práctica de este deporte no ha estado exenta de desafíos. A pesar de su popularidad, los jugadores han enfrentado problemas relacionados con la falta de espacios adecuados y la incertidumbre sobre la legalidad de su práctica. Milton Ortiz menciona que, a pesar de haber jugado en el mismo lugar durante más de seis años, siempre existe la preocupación de que puedan ser desalojados. «Llevamos muchos años reclamando cosas tan simples como espacios adecuados, baños y unas condiciones de salubridad básicas», afirma Ortiz, subrayando la necesidad de reconocimiento y apoyo por parte de las autoridades locales.
La reciente creación de la primera pista oficial de ecuavoley en Madrid ha traído esperanza a la comunidad. Después de meses de persecución policial y multas, este avance podría marcar un cambio significativo en la lucha por la legitimación del deporte en España. La Asociación de Ecuavoley de España, que se formó hace más de 15 años, ha estado inactiva, pero la situación en Madrid podría inspirar a los jugadores de Barcelona a reactivar sus esfuerzos por obtener reconocimiento oficial.
### La Comunidad y el Futuro del Ecuavoley
El ecuavoley no solo es un deporte; es un vehículo para la construcción de comunidad. Para muchos ecuatorianos en Barcelona, este juego representa una conexión con su tierra natal y una forma de mantener vivas sus tradiciones. Edi Ortiz, hermano de Milton y jugador profesional en Ecuador, enfatiza que el ambiente es familiar y sano. «No hay nada más que esto», dice, señalando a las familias y amigos que se reúnen para disfrutar del juego.
A pesar de los estigmas que a veces rodean al ecuavoley, como la asociación errónea con actividades ilegales, los jugadores insisten en que su práctica es una celebración de la cultura ecuatoriana. «Existe una percepción equivocada de asociar este deporte a las apuestas, las drogas o los problemas sociales», explica Edi. La realidad es que el ecuavoley es un espacio seguro donde las familias pueden reunirse y disfrutar de un ambiente festivo.
El futuro del ecuavoley en Barcelona dependerá en gran medida del apoyo de las autoridades locales. Con la reciente victoria en Madrid, los jugadores de Barcelona están considerando presentar solicitudes formales para obtener espacios adecuados y condiciones de juego dignas. La comunidad está lista para luchar por su lugar en el panorama deportivo español, y el ecuavoley podría convertirse en un símbolo de la diversidad y la riqueza cultural que aporta la diáspora ecuatoriana a la ciudad.
Mientras tanto, el descampado de l’Hospitalet sigue siendo un refugio para los amantes del ecuavoley, un lugar donde se celebra la identidad ecuatoriana y se forjan lazos de amistad y camaradería. Con cada partido, los jugadores no solo buscan la victoria en el campo, sino también la reafirmación de su cultura y la esperanza de un futuro más brillante para su deporte en España.