El ecuavoley, un deporte de origen ecuatoriano, ha encontrado un hogar en Barcelona, donde se ha convertido en un símbolo de identidad y comunidad para muchos inmigrantes. Este deporte, que se asemeja al voleibol, ha crecido en popularidad y ha atraído a cientos de jugadores y aficionados que se reúnen cada semana para disfrutar de un ambiente festivo y deportivo. En un descampado de Les Corts, justo en la frontera con Hospitalet de Llobregat, se lleva a cabo una de las competiciones más vibrantes de ecuavoley en la ciudad. Milton Ortiz, un apasionado jugador y representante del deporte en Barcelona, ha estado involucrado en esta actividad durante más de 25 años. «Aquí nos juntamos hasta 600 personas. A medida que van saliendo del trabajo, van apareciendo unos y otros», comenta Ortiz, quien destaca la importancia de este espacio como un punto de encuentro para la comunidad ecuatoriana.
El ecuavoley se juega con un balón de fútbol y tiene reglas que lo hacen más accesible que el voleibol tradicional. La red se coloca a 2,85 metros de altura, y cada equipo está compuesto por solo tres jugadores. Los sets se juegan a un máximo de 12 o 15 puntos, lo que permite que más personas participen y disfruten del juego. Además, el deporte fomenta la inclusión, permitiendo que los jugadores menos experimentados tengan ventajas, como jugar con ambas manos, mientras que los más hábiles deben limitarse a una sola.
### La Lucha por el Reconocimiento y Espacios Adecuados
A pesar de su creciente popularidad, el ecuavoley ha enfrentado desafíos significativos en Barcelona. La falta de espacios adecuados para jugar ha sido una preocupación constante para los jugadores. «Llevamos muchos años reclamando cosas tan simples como espacios adecuados, baños y unas condiciones de salubridad básicas», señala Milton Ortiz. La situación se ha vuelto más complicada debido a la reducción del espacio disponible para jugar, ya que las obras del Spotify Camp Nou han ocupado gran parte del terreno donde antes se ubicaban más pistas.
La creación de la primera pista oficial de ecuavoley en Madrid ha traído nueva esperanza a los jugadores de Barcelona. Después de meses de persecución policial y multas, los jugadores madrileños han logrado establecer un espacio donde pueden practicar su deporte sin temor a ser desalojados. Esta victoria ha reavivado el interés por la oficialización del ecuavoley en Barcelona, donde la Asociación de Ecuavoley de España fue constituida hace más de 15 años, aunque actualmente está disuelta.
Los jugadores de ecuavoley en Barcelona han tenido la oportunidad de integrarse a la Federación Catalana de Voleibol en el pasado, pero esos esfuerzos no han prosperado. Sin embargo, la reciente atención mediática y el éxito en Madrid podrían ser el impulso necesario para que los jugadores barceloneses retomen su lucha por el reconocimiento oficial. «Estamos considerando presentar solicitudes formales al ayuntamiento para poder jugar en instalaciones adecuadas», afirma Ortiz, quien espera que la situación mejore pronto.
### Un Espacio de Comunidad y Cultura
El descampado donde se juega ecuavoley no solo es un lugar para la competencia deportiva, sino también un espacio donde se celebra la cultura ecuatoriana. Los jugadores y sus familias se reúnen para compartir comidas típicas como chicharrones, mangos y salchipapas, creando un ambiente festivo y familiar. Muchos de los asistentes traen sillas de casa y se agrupan en corrillos para charlar sobre su semana y planear actividades futuras.
La comunidad ecuatoriana en Barcelona ha encontrado en el ecuavoley una forma de mantener viva su cultura y sus tradiciones. Para muchos, este deporte representa un vínculo con su país natal y una oportunidad para conectarse con otros que comparten sus costumbres. «Cuando llegué a Barcelona, poder jugar a ecuavoley me permitió sentirme parte de una comunidad con mis mismas costumbres y formas de hacer», comenta Néstor, un jugador veterano que ha visto cómo el deporte ha crecido en popularidad a lo largo de los años.
A pesar de los estigmas que a veces se asocian con el ecuavoley, como la percepción de que está vinculado a actividades ilegales, los jugadores insisten en que el ambiente es familiar y saludable. «Es un ambiente familiar, sano y festivo. La gente viene para jugar, ver y hablar entre ellos. No hay nada más que esto», afirma Edi Ortiz, hermano de Milton y jugador profesional en Ecuador.
El futuro del ecuavoley en Barcelona parece prometedor, especialmente con el reciente impulso que ha recibido el deporte en otras ciudades. A medida que la comunidad ecuatoriana continúa creciendo y fortaleciendo sus lazos, el ecuavoley se mantendrá como un símbolo de unidad y celebración de la cultura ecuatoriana en la ciudad condal.