El asesinato de un joven neerlandés en Fuengirola ha puesto de manifiesto la creciente complejidad del crimen organizado en Europa. Este trágico suceso, que tuvo lugar en diciembre de 2024, ha llevado a las autoridades a realizar una exhaustiva investigación que ha cruzado fronteras y ha involucrado a múltiples países. La colaboración entre la Policía Nacional de España y las fuerzas de seguridad de Países Bajos y Bélgica ha sido crucial para esclarecer los hechos y llevar a los responsables ante la justicia.
### Un Crimen Brutal en Plena Calle
La madrugada del 7 de diciembre de 2024, un joven de 25 años fue acribillado en Fuengirola mientras se encontraba en las inmediaciones de un club cannábico donde trabajaba. El ataque fue perpetrado con un fusil de asalto, un hecho que resalta la violencia y la premeditación detrás del crimen. El agresor, un menor de edad belga, había sido contratado para llevar a cabo el asesinato, lo que sugiere un ajuste de cuentas vinculado al crimen organizado neerlandés.
La rápida respuesta de las autoridades permitió identificar a los sospechosos en un tiempo récord de cuatro días. La investigación inicial reveló que el autor material del crimen había estado esperando a la víctima en la calle, lo que indica que el ataque fue planificado con antelación. Tras el tiroteo, el agresor huyó en bicicleta, dejando atrás el arma utilizada, lo que facilitó la labor de los investigadores.
### La Importancia de la Cooperación Internacional
La colaboración entre las fuerzas policiales de diferentes países ha sido un elemento clave en la resolución de este caso. La Policía Nacional de España trabajó de la mano con sus homólogos en Países Bajos y Bélgica para seguir la pista de los implicados. Este tipo de cooperación es fundamental en un contexto donde el crimen organizado opera sin fronteras, utilizando redes transnacionales para llevar a cabo sus actividades ilícitas.
Uno de los momentos críticos de la investigación ocurrió cuando se detuvo a un colaborador neerlandés en Torremolinos. Esta detención llevó a los agentes a descubrir que el menor belga, presunto autor de los disparos, había cambiado su apariencia y se había fugado a Países Bajos junto a otro cómplice. La colaboración con la policía holandesa permitió establecer un grupo de trabajo que no solo se centró en el caso de Fuengirola, sino que también conectó a los sospechosos con otro asesinato ocurrido semanas después en Ámsterdam.
Durante la operación para arrestar a uno de los sospechosos en Países Bajos, se produjo un tiroteo en el que el individuo abrió fuego contra los agentes, resultando en la muerte del sospechoso y heridas graves a un policía y a una mujer. Este incidente subraya la peligrosidad de los criminales involucrados y la violencia que a menudo acompaña a estos delitos.
### Un Esquema de Crimen Organizado
La investigación ha revelado que tanto el asesinato en Fuengirola como el de Ámsterdam estaban presuntamente orquestados por un ciudadano neerlandés, quien fue detenido el 3 de enero de 2025. Este individuo se encuentra actualmente en prisión en su país, acusado de ser el instigador de ambos crímenes. La conexión entre los dos asesinatos pone de relieve la interrelación de las redes de crimen organizado en Europa, donde los delincuentes pueden operar en múltiples jurisdicciones con relativa facilidad.
Además de los hombres involucrados, tres mujeres neerlandesas también jugaron un papel crucial en la logística del crimen. Estas mujeres fueron arrestadas el 17 de junio en Ámsterdam por su participación en el traslado del fusil utilizado en el asesinato de Fuengirola, que había sido transportado desde París. Este aspecto del caso destaca cómo el crimen organizado no solo involucra a hombres, sino que también puede contar con la colaboración de mujeres en roles logísticos y de apoyo.
Finalmente, el menor belga fue localizado y detenido en Gante, Bélgica, el 20 de junio, gracias a una Orden Europea de Detención y Entrega. Su extradición a España se llevó a cabo el 11 de julio, y actualmente se encuentra en un centro de menores en régimen cerrado. Este desenlace muestra cómo la cooperación internacional puede ser efectiva en la lucha contra el crimen organizado, permitiendo que los responsables sean llevados ante la justicia, independientemente de dónde se encuentren.
La complejidad de este caso resalta la necesidad de una respuesta coordinada y efectiva ante el crimen organizado, que sigue siendo un desafío significativo para las autoridades en Europa y más allá. La investigación en Fuengirola es un claro ejemplo de cómo la colaboración internacional puede marcar la diferencia en la resolución de crímenes graves y en la desarticulación de redes criminales que operan a gran escala.