La desaparición de María Matilde Muñoz Cazorla, una mujer de 72 años originaria de Galicia, ha conmocionado a su familia y amigos, quienes han estado luchando incansablemente para obtener respuestas sobre su paradero. La última vez que se tuvo noticias de ella fue durante un viaje a la isla de Lombok, en Indonesia, donde dejó de responder a los mensajes de WhatsApp hace casi dos meses. La situación ha llevado a sus seres queridos a solicitar la intervención de la Policía indonesia y de Interpol, ya que creen que su desaparición podría estar relacionada con un crimen premeditado.
La familia de María Matilde ha expresado su preocupación por la falta de avances en la investigación y ha señalado que hay indicios que sugieren la posible implicación del personal del hotel donde se alojaba. La mujer había reservado 20 noches en el hotel Bumi Aditya, en la playa de Senggigi, y su última comunicación fue un mensaje enviado a una empleada del hotel, en el que afirmaba que se encontraba en Laos. Sin embargo, este mensaje ha sido objeto de sospechas, ya que contenía faltas de ortografía que no son propias de ella, lo que ha llevado a la familia a pensar que pudo haber sido redactado por otra persona.
### La búsqueda intensificada y las sospechas sobre el hotel
Desde que se reportó la desaparición, la familia ha estado presionando a las autoridades para que intensifiquen la búsqueda. Ignacio Vilariño, sobrino y portavoz de la familia, ha denunciado las contradicciones en las declaraciones de los empleados del hotel, lo que ha alimentado sus sospechas sobre su posible implicación en el caso. «Las mentiras y despistes de las dos o tres personas que regentan el hotel muestran que están en el ajo», afirmó Vilariño, quien también ha criticado la tardanza de la Policía en registrar la habitación de María Matilde.
Recientemente, la Policía indonesia ha comenzado a utilizar técnicas de geolocalización para rastrear el teléfono móvil de la desaparecida, una medida que se tomó tras la presión ejercida por la familia y las denuncias presentadas en varias ciudades, incluyendo Madrid y Girona. Sin embargo, la familia ha expresado su frustración por la falta de acción inmediata y la aparente falta de interés por parte de las autoridades locales.
Entre las pertenencias de María Matilde que fueron encontradas, se incluyen ropa, libros y anotaciones personales, las cuales aparecieron en una zona de basuras del hotel. Sin embargo, su pasaporte, tarjetas de crédito y teléfono móvil siguen sin aparecer, lo que ha llevado a la familia a sospechar que pudo haber ocurrido un robo violento o un intento deliberado de borrar pistas sobre su paradero.
### La presión familiar y la búsqueda de justicia
La familia de María Matilde no solo está pidiendo una mayor colaboración por parte de las autoridades, sino que también ha solicitado que se analicen las imágenes de las cámaras de seguridad de una mezquita cercana, que podrían haber captado movimientos relevantes de la desaparecida. Además, han solicitado acceso a los movimientos bancarios de María Matilde desde el día de su desaparición, con la esperanza de encontrar alguna pista que les ayude a esclarecer el caso.
Ignacio Vilariño ha dejado claro que la familia no se detendrá en su búsqueda de justicia y que están considerando realizar una auditoría independiente sobre la gestión de la investigación. «Es imposible que se haya marchado por voluntad propia. Era una mujer que reportaba sus movimientos minuto a minuto y jamás dejaba de contestar a sus allegados», subrayó Vilariño, enfatizando la preocupación de la familia por la falta de respuestas.
La desaparición de María Matilde Muñoz Cazorla es un recordatorio de los peligros que pueden enfrentar los viajeros en el extranjero y la importancia de la colaboración entre las autoridades locales y las familias de las personas desaparecidas. A medida que la familia continúa su lucha por obtener respuestas, la comunidad se une en solidaridad, esperando que pronto se logre esclarecer este inquietante caso.