La reciente ola de incendios forestales que ha devastado miles de hectáreas en España ha desatado una intensa controversia política. La situación ha llevado a un cruce de acusaciones entre el Gobierno y la oposición, en un momento en que la gestión de emergencias se encuentra bajo el escrutinio público. La falta de consenso sobre la responsabilidad de la crisis ha generado un ambiente de tensión en el que ambos bandos intentan capitalizar la situación a su favor.
**La Disputa sobre los Recursos Aéreos**
Uno de los puntos más candentes del debate ha sido la supuesta reducción de medios aéreos destinados a la extinción de incendios. El Partido Popular (PP), liderado por Alberto Núñez Feijóo, ha señalado que España cuenta con solo 42 aeronaves para combatir el fuego en 2025, lo que representa una disminución con respecto a campañas anteriores. Esta afirmación fue realizada por Carmen Fúnez, vicesecretaria de Política Social del PP, quien argumentó que la disminución de recursos aéreos está directamente relacionada con la “debilidad parlamentaria” del Gobierno y la prórroga de los presupuestos generales del Estado.
Sin embargo, el Gobierno ha respondido de manera contundente, afirmando que el número real de aeronaves disponibles es de 56. Según fuentes del ministerio de Transición Ecológica, este total incluye las 42 aeronaves inicialmente contratadas, además de cuatro aviones de coordinación y diez anfibios de propiedad estatal. Esta discrepancia en las cifras ha alimentado la controversia, con el Gobierno acusando al PP de difundir información falsa y de intentar desviar la atención de la crisis real.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha utilizado sus redes sociales para asegurar que todos los recursos están siendo utilizados en la lucha contra los incendios, mientras que el ministerio ha destacado que la activación de estos medios se realiza a solicitud de las comunidades autónomas, dependiendo de la gravedad de la situación. En un intento por reforzar su posición, el Gobierno también ha anunciado un aumento del 29% en la dotación económica para la extinción de incendios en 2025, alcanzando los 109,3 millones de euros.
**La Estrategia del PP y la Respuesta del PSOE**
A pesar de los datos presentados por el Gobierno, el PP ha mantenido su solicitud de comparecencia urgente de la ministra de Transición Ecológica, Sara Aagesen, en el Congreso. Desde el PP insisten en que es necesario aclarar qué recursos faltan y qué ha sido recortado debido a la falta de nuevos presupuestos. Esta estrategia ha sido criticada por el PSOE, que ha acusado al PP de actuar de manera ineficaz en situaciones de crisis. Rebeca Torró, secretaria de organización del PSOE, ha señalado que la respuesta del PP a las catástrofes sigue un patrón de “tarde, mal y con recortes”, sugiriendo que los gobiernos autonómicos del PP no están a la altura de las circunstancias cuando más se les necesita.
La situación se complica aún más con la reciente visita de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, a las zonas afectadas por el incendio en Tres Cantos. A pesar de las críticas por no haber interrumpido sus vacaciones en Florida durante la crisis, Ayuso ha llamado a la unidad institucional para la recuperación y ha anunciado ayudas regionales para las explotaciones ganaderas afectadas. Sin embargo, su enfoque ha sido criticado por algunos sectores que consideran que su respuesta ha sido insuficiente ante la gravedad de la situación.
La crisis de incendios en España no solo ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad del país ante desastres naturales, sino que también ha revelado las profundas divisiones políticas que existen en torno a la gestión de emergencias. A medida que las llamas continúan arrasando el territorio, la lucha por el control del discurso político se intensifica, dejando a la población en medio de un conflicto que podría tener consecuencias duraderas en la política española.
La falta de consenso y la polarización en el debate sobre la gestión de incendios forestales reflejan un panorama complicado en el que la política y la emergencia se entrelazan de manera peligrosa. Con cada nuevo incendio, la presión sobre los líderes políticos aumenta, y la necesidad de una respuesta efectiva y coordinada se vuelve más urgente que nunca.