La situación de la inseguridad alimentaria a nivel mundial ha alcanzado niveles alarmantes, según el último informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). En 2024, aproximadamente 295,3 millones de personas se enfrentaron a altos niveles de inseguridad alimentaria aguda, un aumento significativo en comparación con años anteriores. Este fenómeno ha sido impulsado por una combinación de factores, entre los que destacan los recortes en la ayuda humanitaria, el aumento de conflictos armados y el cambio climático.
La FAO ha señalado que 19 países han experimentado un empeoramiento en su situación alimentaria, siendo los recortes en la financiación humanitaria uno de los principales factores detrás de esta crisis. La reducción de la ayuda ha sido particularmente notable por parte de Estados Unidos, que ha implementado medidas drásticas que han afectado la capacidad de muchas naciones para recibir asistencia. La situación se ha visto agravada por la intensificación de las tensiones geopolíticas y la incertidumbre económica, lo que ha llevado a un círculo vicioso de pobreza y hambre.
### La Reducción de la Financiación Humanitaria
Uno de los aspectos más preocupantes del informe de la FAO es la drástica reducción en la financiación destinada a la ayuda humanitaria. En 2022, se destinaron aproximadamente 42.29 mil millones de dólares a la ayuda humanitaria global, pero en la primera mitad de 2025, esta cifra se ha reducido a tan solo 8.73 mil millones de dólares. Esta caída en la financiación ha tenido un impacto directo en la capacidad de las organizaciones para llevar a cabo operaciones de asistencia en áreas críticas.
La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) ha sido uno de los principales actores afectados por estos recortes. Desde el inicio del segundo mandato de Donald Trump, se implementaron medidas que congelaron recursos destinados a operaciones de ayuda internacional, lo que ha resultado en una disminución de aproximadamente 40.000 millones de dólares en ayuda global. Esta reducción ha tenido consecuencias devastadoras en países que dependen de la asistencia humanitaria, como Sudán, Yemen y Siria, donde la población enfrenta niveles extremos de inseguridad alimentaria.
Además de Estados Unidos, otros países europeos como el Reino Unido, Francia y Alemania también han anunciado recortes en sus presupuestos de ayuda humanitaria. El Reino Unido, por ejemplo, ha decidido reducir su gasto en asistencia social para aumentar la inversión en defensa, lo que ha llevado a una disminución del 0,5% al 0,3% del PIB en ayuda humanitaria. Estas decisiones han generado preocupación entre diversas agencias internacionales, que advierten que no podrán garantizar la continuidad de muchos programas de asistencia vital en zonas críticas.
### La Realidad de la Inseguridad Alimentaria
El informe de la FAO también destaca que la situación de inseguridad alimentaria ha alcanzado niveles críticos en varias regiones del mundo. Actualmente, Sudán es el único país que se encuentra oficialmente en situación de hambruna, donde al menos uno de cada cinco hogares enfrenta una falta extrema de alimentos. Sin embargo, la situación es igualmente alarmante en otros países, como Palestina, donde el 100% de la población vive en inseguridad alimentaria. En Yemen, la crisis humanitaria se ha intensificado, y se estima que más de 14 millones de niños están en riesgo inminente de desnutrición aguda.
La Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (CIF) ha identificado que el número de personas en situación de catástrofe (Fase 5) se ha duplicado entre 2023 y 2024. Esta fase implica una escasez extrema de alimentos que puede llevar a la inanición y la muerte. Más del 95% de las personas en esta situación se encuentran en Sudán y Palestina, lo que subraya la gravedad de la crisis alimentaria en estas regiones.
Además de Sudán y Palestina, otros países como Afganistán, Siria, Haití, Namibia, Nigeria, República Democrática del Congo, Etiopía, Myanmar y Pakistán también enfrentan altos niveles de inseguridad alimentaria aguda. La combinación de conflictos, desastres naturales y recortes en la ayuda humanitaria ha creado un entorno donde millones de personas están al borde de la inanición.
La situación actual exige una respuesta urgente y coordinada de la comunidad internacional. La FAO ha instado a los países donantes a reconsiderar sus políticas de financiación y a priorizar la ayuda humanitaria para evitar que más personas caigan en la trampa de la pobreza y la inseguridad alimentaria. La necesidad de actuar es más crítica que nunca, ya que cada día que pasa sin una intervención adecuada, más vidas están en riesgo.