La consellera de Economía y Finanzas de Cataluña, Alicia Romero, ha anunciado un plan para fortalecer las oficinas de Acció en el exterior, con el objetivo de proteger y relanzar a las empresas catalanas frente a los recientes aranceles impuestos por Estados Unidos. Esta medida se enmarca dentro de un plan más amplio que el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, ha presentado, el cual contempla movilizar 1.500 millones de euros en ayudas y créditos.
Romero, en declaraciones a un medio local, ha subrayado la necesidad de implementar un «plan de defensa» que combine diversas formas de apoyo financiero, incluyendo ayudas, préstamos y créditos, para mitigar los efectos de las medidas comerciales que, según ha advertido, aún no son completamente comprendidas por algunas empresas catalanas. «Hay empresas que todavía no son del todo conscientes de la magnitud de estas medidas arancelarias de Trump», ha afirmado.
El plan incluye el refuerzo de las oficinas de Acció en mercados específicos, así como la posible apertura de nuevas delegaciones. Sin embargo, el enfoque principal será el fortalecimiento de las oficinas ya existentes. Estas oficinas tienen la misión de apoyar a las empresas catalanas en su proceso de internacionalización y en la captación de inversiones extranjeras.
Romero ha defendido la labor de estas delegaciones, afirmando que «no son ningún chiringuito» y que realizan un trabajo esencial para Cataluña y sus empresas. Además, ha resaltado la importancia de estas oficinas en la promoción económica del país y en la difusión de la cultura y la lengua catalana. La consellera ha enfatizado que el Govern busca integrar en un mismo espacio físico las delegaciones del Departament d’Acció Exterior y las oficinas de Acció, con el fin de compartir recursos y aumentar la eficiencia.
«Nunca hemos sido contrarios a las delegaciones. Son un apoyo importante para las empresas catalanas y no catalanas que hay en el país para potenciar la actividad económica catalana en el exterior», ha declarado Romero. Este esfuerzo se realiza con recursos públicos, lo que implica la necesidad de garantizar su utilidad y retorno para la ciudadanía.
La situación actual de las relaciones comerciales entre Estados Unidos y Cataluña ha llevado a la Generalitat a tomar medidas proactivas. Los aranceles impuestos por la administración Trump han generado preocupación entre los empresarios catalanes, quienes temen que estas medidas afecten negativamente a sus exportaciones y competitividad en el mercado internacional.
El plan de refuerzo de las oficinas de Acció se presenta como una respuesta directa a estos desafíos, buscando no solo proteger a las empresas locales, sino también fomentar su crecimiento en mercados internacionales. La Generalitat espera que, con este apoyo, las empresas catalanas puedan adaptarse a las nuevas condiciones del comercio global y encontrar oportunidades en otros mercados.
Además de las medidas económicas, el Govern también está trabajando en estrategias de comunicación para informar a las empresas sobre los cambios en la política comercial y cómo pueden adaptarse a ellos. La consellera ha instado a los empresarios a mantenerse informados y a aprovechar los recursos que se están poniendo a su disposición.
En este contexto, la Generalitat ha manifestado su compromiso de apoyar a las empresas catalanas en su proceso de internacionalización, lo que incluye no solo la defensa ante los aranceles, sino también la promoción de la cultura y la lengua catalana en el extranjero. La integración de las oficinas de Acció y las delegaciones del Departament d’Acció Exterior se considera un paso clave para lograr una mayor sinergia y efectividad en la promoción económica de Cataluña en el mundo.
Con este enfoque, el Govern de Cataluña busca no solo mitigar los efectos negativos de los aranceles, sino también posicionar a las empresas catalanas como actores relevantes en el comercio internacional, asegurando su crecimiento y sostenibilidad a largo plazo.