La circulación oceánica profunda del hemisferio sur está experimentando cambios drásticos, y lo que es aún más alarmante, está funcionando a la inversa. En lugar de que las aguas superficiales se hundan, ahora están siendo reemplazadas por masas de agua profundas que ascienden, llevando consigo calor y dióxido de carbono (CO₂) que han estado atrapados durante siglos. Este fenómeno sin precedentes ha sido detectado gracias a datos obtenidos mediante satélites de observación terrestre, lo que ha permitido a un equipo internacional de científicos identificar un cambio radical en el Océano Austral, que podría acelerar los efectos del cambio climático de maneras que aún no podemos imaginar.
### La Reversión de la Circulación Oceánica
El estudio, liderado por el National Oceanographic Center del Reino Unido, ha revelado que desde 2016 se ha observado un aumento sostenido de la salinidad superficial en la región entre el giro polar y el subpolar del Océano Antártico. Este cambio en la composición del agua indica que la circulación oceánica profunda del hemisferio sur, conocida como SMOC (Southern Meridional Overturning Circulation), no solo se está debilitando, sino que ha comenzado a invertirse. Esto significa que el agua que normalmente se hunde hacia el fondo ahora está siendo reemplazada por aguas profundas que ascienden, lo que podría tener consecuencias devastadoras para el clima global.
La SMOC es crucial para la regulación del calor y el carbono en el planeta. Su alteración podría intensificar las condiciones climáticas cálidas y liberar grandes cantidades de CO₂ a la atmósfera, lo que llevaría a escenarios catastróficos en pocas décadas. Antonio Turiel, investigador del ICM-CSIC y coautor del estudio, enfatiza que estamos ante una inversión de la circulación oceánica en el hemisferio sur, algo que nunca se había observado antes. Mientras el mundo se centra en el posible colapso de la AMOC (Atlantic Meridional Overturning Circulation) en el Atlántico Norte, la inversión de la SMOC podría tener un impacto climático global sin precedentes.
### Consecuencias Inmediatas y Futuras
Las consecuencias de esta reversión ya son visibles. La resurgencia de aguas profundas cálidas y ricas en CO₂ está acelerando la fusión del hielo marino en el Océano Austral. Este proceso podría duplicar las concentraciones actuales de CO₂ en la atmósfera al liberar carbono que ha estado almacenado en el océano profundo durante siglos. El Dr. Alessandro Silvano, quien dirigió la investigación, explica que el aumento de la salinidad en la superficie facilita el ascenso del calor desde las profundidades oceánicas, lo que a su vez derrite el hielo marino desde abajo. Este ciclo vicioso de menos hielo y más calor podría tener efectos devastadores sobre el clima global.
El descubrimiento de este fenómeno ha sido posible gracias a un avance técnico significativo desarrollado por el Barcelona Expert Center, un laboratorio del ICM-CSIC especializado en la observación satelital del océano. Hasta ahora, la región del Océano Austral era prácticamente inaccesible para los satélites debido a su baja temperatura y la compleja dinámica del hielo marino. Sin embargo, el equipo del BEC ha desarrollado un nuevo procesador de datos para el satélite europeo SMOS, que ha permitido obtener datos de salinidad superficial de calidad sin precedentes en esta zona. Esto ha proporcionado una explicación coherente a la rápida pérdida de hielo marino antártico que había desconcertado a la comunidad científica.
El estudio no solo aporta una pieza clave en el rompecabezas del cambio climático, sino que también redefine el papel del Océano Austral en el sistema climático global. La alteración de la SMOC podría tener efectos en cascada sobre otros sistemas de circulación, como la AMOC, lo que podría afectar el clima de Europa y otras regiones. Conscientes de la urgencia de entender mejor estos procesos, el BEC ha puesto en marcha nuevos proyectos financiados por la Agencia Espacial Europea en 2025, como ARCTIC-FLOW, que se centra en el estudio de flujos de agua dulce y densidad en el Océano Ártico, y la iniciativa de cambio climático CCI OSHF, dedicada al análisis del flujo de calor en la superficie oceánica.
Los investigadores advierten que el planeta nos está enviando señales cada vez más claras de que estamos cruzando umbrales críticos. El estudio de la SMOC es crucial para comprender el impacto del cambio climático en el sistema climático global y anticipar las consecuencias de un posible colapso de esta parte vital de la circulación oceánica. La situación actual representa una auténtica espiral de desestabilización climática que requiere atención inmediata y acción global.