El ascenso de Pedro Sánchez al liderazgo del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) no solo ha sido un fenómeno político, sino también un entramado de lealtades, traiciones y maniobras estratégicas. En el corazón de esta historia se encuentran tres personajes clave: José Luis Ábalos, Santos Cerdán y Koldo García. Su relación, que comenzó como una alianza de apoyo mutuo, se ha visto empañada por la corrupción y la ambición personal, revelando un lado oscuro de la política española.
La lealtad de Ábalos y Cerdán hacia Sánchez fue fundamental en momentos críticos. En 2014, cuando Sánchez buscaba recuperar el control del partido tras su destitución, ambos se convirtieron en sus principales valedores. Sin embargo, su apoyo no fue desinteresado. Desde Valencia y Navarra, ambos políticos trabajaron para asegurar que Sánchez fuera elegido por la militancia del PSOE, arriesgando su propia carrera en el proceso. La llegada de Koldo García, un hombre con un pasado humilde que había ascendido de portero a escolta, añadió una nueva dimensión a esta dinámica. Su inclusión en el círculo cercano de Sánchez parecía ser una jugada maestra, pero pronto se revelaría que había más en juego de lo que aparentaba.
### La Alianza y la Traición
La relación entre Cerdán y García se remonta a 2013, pero fue a partir de 2015 cuando su vínculo se fortaleció. La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil ha documentado cómo ambos utilizaron a un tercero como tapadera para facturar a través de un bar, donde Acciona, una empresa que recibía adjudicaciones públicas en Navarra, estaba involucrada. Este esquema se desarrolló mientras Cerdán ya ocupaba un cargo dentro del partido, lo que plantea serias dudas sobre la ética de sus acciones.
Cuando Sánchez llamó a Ábalos para que se trasladara a Madrid, García fue designado como su chófer. Sin embargo, las tensiones comenzaron a surgir entre ellos. García, sintiéndose menospreciado, dejó claro en una nota que esperaba ser reconocido por sus esfuerzos en Navarra. Su deseo de una recompensa económica se hizo evidente cuando, en octubre de 2017, firmó un contrato laboral con el PSOE, a pesar de que su rol era el de un simple conductor. Esta decisión fue impulsada por Cerdán, quien quería asegurarse de que su hombre estuviera cerca de Ábalos.
La situación se tornó más complicada cuando, en mayo de 2018, tras la moción de censura contra Mariano Rajoy, Sánchez llegó al Gobierno y Ábalos fue nombrado ministro de Transportes. En este nuevo rol, Ábalos llevó a García como asesor y lo nombró consejero de Renfe. Sin embargo, la relación entre los tres se volvió cada vez más tensa. En junio de 2018, la hija de Ábalos solicitó un pago de 4.400 euros a García, lo que indica que las transacciones entre ellos estaban lejos de ser transparentes.
### El Juego de Poder y la Corrupción
A medida que los vínculos entre García, Cerdán y Ábalos se estrechaban, también lo hacían las sospechas de corrupción. En marzo de 2018, García comenzó a grabar conversaciones con Cerdán y Ábalos, lo que sugiere que ya anticipaba una posible traición. En una de estas grabaciones, García admitió haber recibido regalos de diversas empresas a cambio de favores, lo que pone de manifiesto la corrupción que se estaba gestando en el seno del partido.
La situación se volvió insostenible cuando, en julio de 2023, Ábalos fue destituido tras una serie de denuncias sobre su conducta. Cerdán, quien había sido su mano derecha, asumió el control del partido, pero no sin antes recibir advertencias sobre la investigación que se estaba llevando a cabo sobre García. A pesar de su creciente poder, Cerdán se vio obligado a imponer un cordón sanitario alrededor de García, quien había sido su aliado más cercano.
El desenlace de esta historia es trágico y revelador. García, en un intento desesperado por protegerse, llegó a ofrecer a Ábalos un trato que involucraba una suma considerable de dinero. Sin embargo, su suerte estaba echada. En un giro irónico, el mismo día en que García se despidió de Ábalos, fue arrestado y llevado a la Audiencia Nacional, marcando el fin de una era de complicidad y corrupción dentro del PSOE.
La historia de estos tres hombres es un recordatorio de cómo la ambición y la lealtad pueden entrelazarse en el mundo de la política, a menudo con consecuencias devastadoras. Mientras el PSOE intenta limpiar su imagen y distanciarse de estos escándalos, la sombra de la corrupción y la traición persiste, dejando una marca indeleble en la historia reciente de España.