La escuela concertada Anselm Clavé, ubicada en Mollet del Vallès, Barcelona, enfrenta una situación crítica que podría llevar al cierre de sus puertas para el próximo curso escolar. Este centro educativo, que alberga a 311 alumnos, 232 familias y 41 trabajadores, se encuentra en una encrucijada debido a la decisión de la familia propietaria del edificio de no renovar el contrato de alquiler. La razón detrás de esta drástica medida es el impago de varias mensualidades, acumulando una deuda de 110.000 euros.
La noticia del posible cierre fue comunicada a los padres en una reunión celebrada en la escuela, donde la familia Molina, encargada de la gestión del centro, junto a su abogado, expuso la situación. La propiedad del edificio, perteneciente a la familia Rabasa, expropietaria de la marca Derbi, ha decidido no prorrogar el contrato de arrendamiento, lo que ha dejado a la comunidad educativa en estado de shock. La reunión, que tuvo lugar el martes de esta semana, dejó a muchos padres preocupados por el futuro educativo de sus hijos.
### Reuniones y negociaciones en busca de una solución
Ayer, se llevó a cabo una reunión en el Ayuntamiento de Mollet, donde participaron representantes del Departament d’Educació, del Consistorio, profesores de la escuela y tres madres de alumnos. Durante este encuentro, se discutieron los detalles de la situación, incluida la deuda acumulada por la titularidad del centro con la propiedad del edificio. Susana, una de las madres presentes, comentó que el Ayuntamiento había informado que la familia Rabasa estaba dispuesta a negociar, lo que ofrece una pequeña esperanza para la comunidad educativa.
El Consistorio tiene previsto reunirse nuevamente con la propiedad en un intento de encontrar una solución viable. Sin embargo, la situación es compleja y ha generado un clima de incertidumbre entre los padres. Raquel Ropero, madre de una niña que cursa primero de primaria en la escuela, expresó su frustración, señalando que la gestión de la escuela ha estado marcada por recortes en la calidad de la educación y cambios en la forma de cobro de las mensualidades, lo que ha llevado a los padres a sospechar que la situación financiera del centro era más grave de lo que se había comunicado.
Los padres se sienten traicionados, ya que consideran que la administración de la escuela debería haber sido más transparente sobre los problemas financieros que enfrentaba. La falta de información oportuna ha llevado a muchos a cuestionar la ética de la gestión actual, especialmente en un momento en que se estaban realizando preinscripciones para nuevos alumnos.
### Impacto en la comunidad educativa
La comunidad educativa del centro ha expresado su profunda indignación y tristeza ante la posibilidad de cierre. En un comunicado, subrayaron que esta decisión ha sido tomada sin su consentimiento y que representa una grave vulneración del derecho a la educación, así como a la estabilidad emocional de cientos de personas. La escuela Anselm Clavé no es solo un edificio; es un hogar para muchos estudiantes y familias que han construido un tejido social y educativo a lo largo de los años.
Los padres y la comunidad educativa han hecho un llamado a las instituciones, administraciones públicas y a la ciudadanía en general para que apoyen su causa. Argumentan que el cierre de la escuela no solo afecta a los estudiantes actuales, sino que también impacta a futuras generaciones que podrían beneficiarse de la educación que ofrece este centro. La comunidad ha manifestado su determinación de luchar por la continuidad de la escuela, con el lema: «¡No nos echarán! ¡No dejaremos de luchar! ¡El Anselm Clavé no se cierra!».
La situación de la escuela Anselm Clavé es un reflejo de los desafíos que enfrentan muchas instituciones educativas en la actualidad, donde las cuestiones financieras pueden tener un impacto devastador en la educación de los niños. La comunidad educativa está unida en su esfuerzo por encontrar una solución que permita mantener abierta la escuela y continuar ofreciendo un espacio seguro y enriquecedor para el aprendizaje de sus hijos. A medida que se desarrollan las negociaciones, la esperanza de que se pueda encontrar una solución viable sigue viva entre los padres y el personal de la escuela.