La Guardia Civil ha llevado a cabo una operación significativa, conocida como ‘operación Namib’, que ha resultado en la desarticulación de una red delictiva dedicada al tráfico y tenencia ilegal de especies protegidas. Esta organización criminal operaba tanto a nivel nacional como internacional, con un notable número de especies detectadas que provenían de Portugal. La operación ha puesto de manifiesto la gravedad de los delitos relacionados con la fauna y flora silvestres, que no solo afectan la biodiversidad, sino que también ponen en riesgo ecosistemas enteros.
### La Operación Namib: Un Año de Investigación
Durante más de un año, los investigadores de la Guardia Civil han trabajado incansablemente para desmantelar esta red delictiva. La operación ha incluido inspecciones en múltiples establecimientos de venta de especies exóticas, almacenes y domicilios particulares. Como resultado de estas acciones, se han inmovilizado alrededor de una treintena de ejemplares de fauna protegida. Entre las especies confiscadas se encuentran aves exóticas de la familia de los psitácidos, como guacamayos y loros yacos africanos de cola roja, así como reptiles como tortugas de espolones africanos y tortugas leopardo. También se han encontrado especies invasoras, destacando una suricata, un mamífero carnívoro originario del extremo sur de África.
La colaboración con la Dirección General de Biodiversidad, Bosques y Desertificación del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha sido crucial en esta operación. Este organismo es la autoridad administrativa y el principal órgano de gestión del convenio sobre el comercio de especies protegidas, lo que ha permitido a los investigadores contar con el apoyo técnico necesario para llevar a cabo su labor.
### Consecuencias Legales y el Impacto Ambiental
Los detenidos en esta operación se enfrentan a penas de prisión que oscilan entre seis meses y dos años por delitos contra el medio ambiente y la protección de la flora y fauna. Además de las penas de prisión, también podrían enfrentar multas económicas significativas y la inhabilitación especial para actividades relacionadas con la tenencia o comercio de animales. La Guardia Civil ha subrayado que la gravedad de estos delitos radica en que no solo atentan contra la biodiversidad y el equilibrio ecológico, sino que también contribuyen al deterioro de ecosistemas frágiles y a la extinción de especies de alto valor ecológico, científico y cultural.
La operación Namib es un recordatorio de la importancia de proteger la biodiversidad y de las consecuencias legales que enfrentan aquellos que participan en actividades ilegales relacionadas con la fauna y flora silvestres. La lucha contra el tráfico de especies protegidas es una tarea compleja que requiere la colaboración de diversas instituciones y la concienciación de la sociedad sobre la importancia de preservar nuestro entorno natural. La Guardia Civil continúa trabajando para erradicar estas prácticas ilegales y proteger la riqueza natural del país.