La emblemática ciudadela inca de Machu Picchu, uno de los destinos turísticos más icónicos del mundo, enfrenta una crisis de sobrecarga turística que podría comprometer su integridad y conservación. Un reciente informe de la Contraloría General de Perú ha revelado que se están vendiendo más entradas de las permitidas, lo que pone en peligro tanto la estructura de este patrimonio mundial como su ecosistema circundante. Este artículo explora la situación actual de Machu Picchu y las implicaciones de la masificación turística en su conservación.
**La Sobreexplotación de Machu Picchu**
El informe de la Contraloría, elaborado entre el 20 de enero y el 14 de abril de 2025, ha puesto de manifiesto que la ciudadela inca está sufriendo una sobrecarga significativa. Durante el periodo analizado, se registraron hasta 2.505 visitantes en la terraza superior de Machu Picchu, cuando el límite establecido por el Ministerio de Cultura es de 450 personas por día en temporada baja. En temporada alta, el aforo permitido se reduce a 490 visitantes, pero las cifras de entradas vendidas superan este límite, alcanzando hasta 639 usuarios en algunos días.
La situación se agrava debido a que, aunque la venta de boletos virtuales se ajusta a las normativas, muchos turistas acceden a la zona a través de la Ruta 5 de la Red de Caminos Inca, que permite el ingreso a áreas restringidas destinadas a la fotografía. Esta falta de control en el acceso ha llevado a un incremento en el número de visitantes, lo que plantea serias preocupaciones sobre la sostenibilidad del sitio.
**Impacto en la Red de Caminos Inca**
La Red de Caminos Inca, que conecta diversos puntos de interés arqueológico, también se encuentra en una situación crítica. El informe destaca que en la Ruta 5 se registraron 936 visitantes entre el 17 y el 30 de abril de 2025, y 1.490 entre el 1 y el 30 de mayo de 2025, superando el límite de 250 personas por día. En algunos días, se vendieron boletos para más de 400 usuarios, lo que ha generado un impacto negativo en la infraestructura y el entorno natural.
El constante flujo de turistas ha provocado la erosión del suelo en áreas con pendientes pronunciadas, así como la compactación del terreno, lo que deteriora caminos, escalinatas y plataformas incas. La presión ejercida por el tránsito de visitantes no solo afecta la estructura física de Machu Picchu, sino que también amenaza la biodiversidad de la región, que es crucial para el equilibrio ecológico del área.
**Preocupaciones Internacionales y Medidas Necesarias**
La situación de Machu Picchu ha llamado la atención a nivel internacional. Durante la 46 reunión del Comité del Patrimonio Mundial de la UNESCO, celebrada en julio de 2024 en India, se expresó preocupación por el estado de conservación de la ciudadela inca. Los miembros del comité destacaron que el elevado número de visitantes diarios está generando una presión insostenible sobre las estructuras y el entorno natural del sitio.
Para abordar esta crisis, es imperativo que las autoridades peruanas implementen medidas efectivas que garanticen la conservación de Machu Picchu y su entorno. Esto incluye la revisión de las políticas de venta de entradas, el establecimiento de límites más estrictos en el número de visitantes y la promoción de un turismo sostenible que respete la integridad del patrimonio cultural y natural.
Además, es fundamental que se realicen campañas de concienciación dirigidas a los turistas sobre la importancia de preservar este sitio histórico. La educación sobre el impacto del turismo masivo y la necesidad de cuidar el patrimonio cultural puede ayudar a fomentar un comportamiento más responsable entre los visitantes.
**El Futuro de Machu Picchu**
El futuro de Machu Picchu depende de la capacidad de las autoridades para gestionar el turismo de manera sostenible. La ciudadela inca no solo es un símbolo de la historia y la cultura peruana, sino que también representa un legado invaluable para la humanidad. Proteger este patrimonio es una responsabilidad compartida que requiere la colaboración de todos: desde los gobiernos hasta los turistas.
La situación actual es un llamado de atención sobre la necesidad de equilibrar el desarrollo turístico con la conservación del patrimonio. Si no se toman medidas inmediatas, Machu Picchu podría enfrentar un futuro incierto, poniendo en riesgo no solo su estructura, sino también su estatus como uno de los destinos más importantes del mundo.