La Comisión Europea ha presentado sus previsiones económicas para España, destacando un crecimiento robusto del 2,6% para el año 2025. Este pronóstico es notablemente superior al crecimiento proyectado para la zona euro, que se sitúa en un modesto 0,9%. A pesar de las incertidumbres globales y los ajustes económicos que enfrenta la Unión Europea, España se posiciona como una de las economías más dinámicas del continente.
### Crecimiento Económico y Demandas Internas
Las previsiones de la Comisión Europea, publicadas en Bruselas, indican que la economía española mantendrá un crecimiento sólido en 2025, aunque se espera que este impulso se suavice en 2026, con un aumento del PIB del 2%. Este ajuste en las expectativas se debe a un clima de incertidumbre que ha llevado a Bruselas a revisar a la baja sus proyecciones para toda la región. En comparación, el crecimiento de la Unión Europea se estima en un 1,1% y el de la eurozona en un 0,9% para 2025.
Uno de los factores clave que impulsa el crecimiento en España es la demanda interna. El consumo privado y la inversión están mostrando signos de fortaleza, lo que contrarresta los riesgos de desaceleración que podrían afectar a los socios comerciales del país. A pesar de la presión de los nuevos aranceles impuestos por la UE, el Gobierno español se muestra optimista sobre la capacidad del país para seguir avanzando en un contexto económico incierto.
La inflación también es un tema relevante en las previsiones económicas. Se espera que la inflación en España se reduzca al 1,9% para 2026, lo que podría contribuir a un entorno económico más estable. Sin embargo, el déficit público es otro aspecto que requiere atención. La Comisión prevé que el déficit se sitúe en el 2,8% del PIB este año y en el 2,5% en 2026, cifras que son más pesimistas que las proyecciones del Gobierno, que espera un déficit del 2,1% para el próximo año.
### Desempleo y Gasto en Defensa
Uno de los aspectos positivos de las previsiones es la expectativa de que la tasa de desempleo en España caiga por debajo del 10% por primera vez desde 2008. Sin embargo, la creación de empleo proyectada es inferior a las expectativas del Gobierno, que se ha comprometido a reducir la tasa de paro por debajo del 8% al final de la legislatura. Esta discrepancia refleja las tensiones entre las proyecciones oficiales y las realidades económicas que enfrenta el país.
El aumento del gasto en defensa, que asciende a 10.000 millones de euros, también influye en el panorama económico. Según fuentes de la Comisión, esta inversión impactará en el déficit público, añadiendo entre 6.000 millones de euros al déficit este año. Además, los efectos de la Dana, un fenómeno meteorológico que ha causado estragos en Valencia, también se reflejarán en un aumento del déficit de entre el 0,3% y el 0,4% del PIB.
A pesar de estos desafíos, España se mantiene como la economía más fuerte entre las grandes potencias de la región. Comparativamente, otros países como Francia, Italia y Alemania enfrentan perspectivas más sombrías. Francia se proyecta con un crecimiento del 0,6% este año y del 1,3% el siguiente, mientras que Italia muestra un crecimiento tímido del 0,7% y 0,9% en 2025 y 2026, respectivamente. Alemania, por su parte, se encuentra estancada con un crecimiento nulo este año, antes de alcanzar un 1,1% el próximo.
Las proyecciones para Polonia son más optimistas, con un avance del PIB del 3,3% y del 3% en los próximos dos años, lo que resalta la diversidad de situaciones económicas dentro de la UE.
En resumen, las previsiones económicas para España son un reflejo de la resiliencia del país en un contexto de incertidumbre global. Con un crecimiento robusto y una demanda interna que sigue siendo fuerte, España se posiciona favorablemente en comparación con sus socios europeos. Sin embargo, los desafíos como el déficit público y la creación de empleo siguen siendo áreas críticas que el Gobierno deberá abordar para mantener el rumbo positivo de la economía.