En el contexto político actual de España, Junts per Catalunya ha intensificado sus demandas al PSOE, enfatizando que el tiempo para cumplir con los compromisos adquiridos no es ilimitado. Esta advertencia se produce en un momento en que la relación entre ambas formaciones se encuentra en una fase delicada, marcada por la necesidad de alcanzar acuerdos antes de que finalice la temporada estival. El secretario general de JxCat, Jordi Turull, ha manifestado que la confianza entre las partes está en «números rojos», lo que sugiere una creciente tensión en el diálogo político.
### La Oficialidad del Catalán: Un Tema Crucial
Uno de los puntos más destacados en la agenda de Junts es la oficialidad de la lengua catalana en el ámbito europeo. Turull ha expresado un optimismo cauteloso sobre este asunto, indicando que se encuentra en una fase avanzada de discusión. A pesar de su deseo de mantener un perfil bajo en torno a este tema, ha señalado que se están realizando esfuerzos significativos y que esperan recibir «noticias positivas» de la próxima reunión del Consejo de la Unión Europea, programada para finales de mayo.
Para que la oficialidad del catalán sea una realidad, es fundamental que se logre un consenso unánime entre los 27 estados miembros de la UE. Turull ha indicado que, aunque la situación parece estar evolucionando favorablemente, también existe un escepticismo inherente, ya que hay actores que podrían estar trabajando en sentido contrario. En este sentido, ha instado a La Moncloa a involucrarse de manera más activa en este proceso, sugiriendo que el propio presidente Pedro Sánchez debería asumir un papel más proactivo.
La urgencia de este tema se ha vuelto más palpable, ya que Turull ha enfatizado que el mes de mayo debe ser un período de acción, dado que hay múltiples compromisos que deben ser atendidos. La relación entre Junts y el PSOE se ha visto afectada por la falta de cumplimiento de acuerdos previos, lo que ha llevado a una situación de desconfianza que podría complicar futuras negociaciones.
### Desafíos en la Relación con el Gobierno
Además de la cuestión de la oficialidad del catalán, Junts enfrenta otros desafíos en su relación con el Gobierno español. En el contexto del debate sobre un decreto relacionado con aranceles, Turull ha indicado que aún no han decidido su posición de voto. A pesar de tener un acuerdo con el Gobierno, ha dejado claro que su apoyo dependerá de que el Ministerio demuestre que ha cumplido con lo pactado. Esta postura refleja una desconfianza generalizada hacia el Ejecutivo, basada en experiencias pasadas donde los acuerdos no se han respetado.
En cuanto a la negociación de presupuestos, Turull ha sido claro al afirmar que solo se sentarán a discutir si el Gobierno cumple con lo estipulado en el presupuesto actual o si ofrece compensaciones por los importes no ejecutados. Esta firmeza en su postura indica que Junts no está dispuesto a participar en lo que consideran un «engaño». La referencia a la disposición adicional tercera del Estatut sugiere que están buscando formas de asegurar que sus intereses sean respetados en cualquier negociación futura.
Otro tema que ha suscitado controversia es la reducción de la jornada laboral. Turull ha señalado que, tal como está planteada actualmente, la propuesta es «complicada» y que no podrán apoyarla sin modificaciones. La próxima reunión con Sumar será crucial para abordar este asunto, ya que Junts busca que el debate regrese al ámbito del diálogo social, priorizando la flexibilidad para las pequeñas y medianas empresas, que podrían enfrentar dificultades para implementar cambios inmediatos.
Por último, la opa del BBVA sobre el Sabadell ha sido otro punto de fricción. Turull ha expresado su oposición a esta operación, argumentando que el Gobierno tiene la capacidad de intervenir en defensa del interés general. Su crítica a la consulta pública sobre este tema como una «cortina de humo» refleja una desconfianza hacia las intenciones del Gobierno y su capacidad para actuar en beneficio de la ciudadanía.
En resumen, Junts per Catalunya se encuentra en una encrucijada, donde la búsqueda de la oficialidad del catalán en Europa se entrelaza con una serie de desafíos en su relación con el Gobierno español. La necesidad de cumplir con los compromisos adquiridos y la urgencia de alcanzar acuerdos antes del verano son factores que marcarán el rumbo de las negociaciones en los próximos meses.