En un devastador ataque que ha conmocionado a Ucrania y al mundo, Rusia lanzó misiles balísticos sobre el centro de la ciudad de Sumi, ubicada en el noreste del país, causando la muerte de más de 20 personas y dejando a muchos otros heridos. Este ataque se produjo en un día significativo para la comunidad, el Domingo de Ramos, lo que ha intensificado la indignación y el dolor entre los ciudadanos.
El alcalde en funciones de Sumi, Artem Kobzar, fue quien dio la noticia a través de su canal de Telegram, donde expresó su profundo pesar por la tragedia que ha golpeado a la ciudad. «En este luminoso día del Domingo de Ramos, nuestra comunidad sufrió una terrible tragedia. El enemigo lanzó un ataque con misiles contra civiles. Por desgracia, ya sabemos de más de 20 muertos», afirmó Kobzar, subrayando la gravedad de la situación.
Las imágenes que han circulado en redes sociales muestran los daños significativos en varios edificios de la ciudad, evidenciando la ferocidad del ataque. El jefe de la Administración Militar Regional de Sumi, Volodímir Artiuj, también confirmó que dos misiles balísticos fueron lanzados contra el centro de la ciudad, describiendo el ataque como un «crimen sangriento» contra la población civil.
La respuesta del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, no se hizo esperar. En un mensaje contundente, Zelenski exigió una respuesta internacional fuerte ante la agresión rusa. «Terrible ataque de misiles balísticos rusos en Sumi. Los misiles enemigos alcanzaron una calle normal de la ciudad, una vida normal: casas, centros de enseñanza, coches en la calle… Y esto en un día en que la gente va a la iglesia: Domingo de Ramos», escribió en su cuenta de Telegram.
Zelenski enfatizó que el ataque no solo representa una violación de los derechos humanos, sino que también es un acto de terrorismo que busca sembrar el miedo y la desesperación entre la población. «Necesitamos una fuerte respuesta del mundo. América, Europa, todos los que quieren que esta guerra y estas matanzas terminen. Rusia quiere exactamente este tipo de terror y está alargando esta guerra», añadió.
El presidente ucraniano también hizo hincapié en que sin una presión constante sobre Rusia, la paz será inalcanzable. «Las conversaciones nunca han detenido los misiles balísticos y las bombas. Debemos tratar a Rusia como se merece un terrorista», concluyó, reflejando la urgencia de una acción internacional coordinada.
Este ataque se suma a una serie de agresiones que han marcado el conflicto entre Rusia y Ucrania, que ha estado en curso desde 2014. La comunidad internacional ha estado observando con creciente preocupación la escalada de violencia, y muchos líderes han expresado su apoyo a Ucrania, aunque las acciones concretas para frenar la agresión rusa han sido limitadas.
La situación en Sumi es un recordatorio doloroso de las consecuencias devastadoras de la guerra, donde los civiles son los que más sufren. La comunidad internacional se enfrenta a un dilema: cómo responder de manera efectiva a las agresiones rusas sin escalar aún más el conflicto.
Mientras tanto, los ciudadanos de Sumi y de otras áreas afectadas continúan lidiando con el trauma y la pérdida. Los servicios de emergencia han estado trabajando incansablemente para atender a los heridos y ayudar a las familias afectadas por el ataque. La solidaridad entre los ucranianos se ha visto fortalecida en estos momentos difíciles, con muchos ofreciendo su apoyo a los que han perdido seres queridos o han sufrido daños en sus hogares.
A medida que el conflicto avanza, la comunidad internacional se enfrenta a la difícil tarea de encontrar una solución duradera que garantice la paz y la seguridad en la región. La tragedia de Sumi es solo un capítulo más en una historia de sufrimiento que ha durado demasiado tiempo, y la esperanza de un futuro pacífico parece más lejana que nunca.