Podemos ha dado un paso decisivo en su estrategia política al oficializar la candidatura de Irene Montero para las elecciones generales de 2027. Este anuncio se produce en un contexto donde el partido busca reafirmar su identidad y distanciarse de Sumar, la coalición liderada por Yolanda Díaz, que ha intentado atraer a Podemos para una posible alianza electoral. La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, ha enfatizado la necesidad de atraer a los «desencantados con el Gobierno» y ha instado a Montero a liderar una candidatura que no solo represente a Podemos, sino que también busque el apoyo de la sociedad civil organizada.
La elección de Montero como candidata no es casual. Desde su salida del Ministerio de Igualdad, ha estado en el centro de la atención política, especialmente tras ser excluida de las listas de Sumar. Su regreso a la política nacional se ha estado preparando desde hace tiempo, y su reciente éxito en las elecciones europeas, donde Podemos obtuvo dos escaños, ha proporcionado un nuevo impulso al partido.
En su intervención, Belarra ha subrayado que el momento del anuncio es estratégico, ya que se produce solo una semana después de que Sumar intentara sellar una nueva alianza. Con este movimiento, Podemos cierra la puerta a cualquier negociación con Sumar y reafirma su posición como un partido de oposición al Gobierno de Pedro Sánchez. La idea de que Sumar es equivalente al PSOE ha sido un mensaje recurrente de Podemos, que busca recuperar su lugar en la izquierda más allá del Partido Socialista.
Montero, por su parte, ha aceptado el reto de liderar una candidatura que represente la paz y la esperanza para la ciudadanía. En un acto titulado ‘Por la paz y contra el régimen de guerra’, ha criticado el aumento del gasto militar y ha llamado a construir un movimiento político que abogue por la paz y los derechos. Este enfoque pacifista se presenta como una estrategia para desactivar a Sumar y atraer a aquellos que se sienten incómodos con la dirección actual del Gobierno.
La relación entre Podemos y Sumar ha sido tensa desde la ruptura en el Congreso, y el anuncio de Montero parece ser un intento de Podemos de consolidar su base y presentarse como una alternativa viable. La exministra ha denunciado que la «progresía» y el «malmenorismo» deben combatir al fascismo en lugar de tratar de eliminar a la izquierda alternativa, sugiriendo que Sumar podría estar alineada con los intereses del PSOE.
El acto de presentación de Montero como candidata también ha servido para reforzar la imagen de Podemos como un partido que se opone al rearme y a la militarización del país. Belarra ha instado a Montero a tender la mano a todos aquellos que están descontentos con la situación actual y que buscan un cambio en la política española. La idea de construir una «izquierda de poder» ha sido un tema recurrente en su discurso, donde ha enfatizado la importancia de la unidad y la colaboración entre diferentes sectores de la sociedad.
La candidatura de Montero podría marcar un nuevo capítulo en la historia de Podemos, que ha enfrentado desafíos significativos desde su fundación. La exministra ha sido una figura polarizadora, pero su regreso a la política nacional podría revitalizar el partido y atraer a nuevos votantes. A medida que se acercan las elecciones generales, la estrategia de Podemos se centrará en consolidar su base y presentar una alternativa clara al Gobierno actual.
En resumen, la oficialización de Irene Montero como candidata de Podemos para las elecciones generales de 2027 representa un movimiento estratégico en un momento crítico para el partido. Con un enfoque en la paz y la justicia social, Montero busca atraer a aquellos que se sienten desilusionados con el Gobierno y ofrecer una visión alternativa para el futuro de España.