La reciente cumbre de los Patriotas, celebrada en el pabellón de Vistalegre en Madrid, se convirtió en un escenario clave para que Vox, bajo el liderazgo de Santiago Abascal, mostrara su proyección internacional y sus aspiraciones políticas de cara al nuevo curso. Con encuestas que pronostican un 17,3% de intención de voto para el partido, la expectativa era alta. Sin embargo, la ausencia de figuras prominentes como Javier Milei, Viktor Orbán y Giorgia Meloni, quienes intervinieron de manera telemática, dejó un sabor agridulce en el evento, que no logró replicar el poder de convocatoria de ediciones anteriores.
La cumbre, que atrajo a unas 8,500 personas, evidenció una disminución en la asistencia en comparación con los 10,800 participantes del año anterior. Este descenso podría interpretarse como un reflejo de la creciente polarización política y la escalada de la violencia en el ámbito político global. Durante el evento, la figura de Charlie Kirk, un influencer vinculado a la extrema derecha estadounidense, fue central en los discursos, siendo presentado como un “mártir” de la supuesta “izquierda criminal”. La muerte de Kirk fue utilizada por varios oradores, incluido Milei, para enfatizar la narrativa de un ataque sistemático contra los valores conservadores.
Abascal, en su discurso, no escatimó en críticas hacia el gobierno de Pedro Sánchez, a quien acusó de ser un aliado de Hamas y de Maduro, además de señalar que había comprometido la seguridad nacional digital de España a intereses chinos. En un tono incendiario, el líder de Vox se refirió a Sánchez como un “psicópata” y recibió vítores del público, que coreaba consignas en contra del presidente del Gobierno. Esta retórica agresiva no solo se limitó a los socialistas; Abascal también dirigió sus ataques hacia el Partido Popular, acusándolo de haber adoptado políticas socialistas y de haber formado una “gran coalición” con ellos en el Parlamento Europeo.
### La Estrategia de Vox: Reivindicación y Polarización
La estrategia de Vox parece centrarse en una clara reivindicación de sus principios y en la polarización del discurso político. Abascal enfatizó la necesidad de “reconquistar terreno” y advirtió sobre la supuesta complicidad de los partidos tradicionales en la erosión de los intereses patrióticos. En este contexto, el líder de Vox vaticinó un posible pacto entre el PP y el PSOE para silenciar a su partido, sugiriendo que ambos están dispuestos a aliarse con cualquier fuerza, incluso con “Satanás”, para evitar que Vox tenga una representación significativa en un futuro gobierno.
Este tipo de retórica no es nueva en la política española, pero la forma en que Vox la ha adoptado y amplificado marca una diferencia notable en el panorama político actual. La utilización de figuras como Charlie Kirk y la referencia constante a la violencia política en el discurso de Abascal son tácticas diseñadas para movilizar a su base y atraer a nuevos votantes que se sientan desilusionados con los partidos tradicionales.
La presencia de líderes de extrema derecha de Europa y Latinoamérica en la cumbre, aunque algunos de manera virtual, también subraya la intención de Vox de posicionarse como un actor clave en un movimiento internacional de derecha. La participación de figuras como Tom van Grieken y André Ventura, así como la intervención de líderes latinoamericanos, refuerza la idea de que Vox busca no solo consolidar su poder en España, sino también establecer conexiones con movimientos similares en otras partes del mundo.
### La Respuesta de la Oposición y el Futuro Político
La respuesta de la oposición a la cumbre de Vox y a las declaraciones de Abascal ha sido variada. Los partidos de izquierda han denunciado la retórica incendiaria y han llamado a la unidad para contrarrestar el avance de la extrema derecha en España. Sin embargo, la fragmentación del panorama político y la falta de una respuesta contundente y unificada podrían jugar a favor de Vox en el corto plazo.
A medida que se acercan las elecciones generales, la estrategia de Vox de polarizar el debate y posicionarse como el defensor de los valores patrióticos podría resonar con un electorado que busca alternativas a los partidos tradicionales. La narrativa de una “invasión” y la crítica a la “izquierda criminal” son elementos que podrían captar la atención de votantes que se sienten amenazados por los cambios sociales y políticos en curso.
En este contexto, la cumbre de los Patriotas no solo fue un evento para mostrar fuerza, sino también un indicativo de las tácticas que Vox empleará en su campaña electoral. La combinación de un discurso agresivo, la construcción de alianzas internacionales y la movilización de su base son elementos que definirán su futuro político en un país cada vez más polarizado.