La realidad de la jubilación en España ha experimentado cambios significativos en los últimos años, reflejando una tendencia hacia una mayor longevidad laboral. Según datos recientes del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, la edad real de jubilación ha alcanzado un máximo histórico de 65,3 años. Este incremento en la edad de jubilación se produce en un contexto donde la brecha entre la edad ordinaria y la real se ha ido reduciendo, lo que sugiere un cambio en la percepción y la práctica de la jubilación en el país.
### Cambios en la Edad de Jubilación
La edad ordinaria de jubilación en España se sitúa en 66 años para aquellos que han cotizado menos de 38 años y 3 meses. Sin embargo, la edad real de jubilación, que se ha establecido en 65,3 años, indica que muchos trabajadores están optando por retrasar su salida del mercado laboral. Este fenómeno se ha visto impulsado por los incentivos para la demora en la jubilación que se implementaron en 2022, así como por la reconfiguración del sistema de pensiones.
Hasta finales de julio, se registraron 215.971 nuevas jubilaciones, de las cuales el 70% correspondió a la edad ordinaria. Las jubilaciones anticipadas, por otro lado, han disminuido en un 12,4% en los últimos cinco años. Este cambio en las tendencias de jubilación refleja un mayor interés en prolongar la vida laboral, lo que a su vez puede estar relacionado con la necesidad de asegurar una pensión más alta y la incertidumbre sobre la sostenibilidad del sistema de pensiones.
Además, las jubilaciones demoradas han pasado del 4,8% en 2019 al 11,4% en la actualidad. Este aumento en la edad media de acceso a la jubilación, que ahora se sitúa en 65,3 años, es más pronunciado entre las mujeres, cuya media alcanza los 65,8 años. Este cambio no solo es significativo desde una perspectiva demográfica, sino que también tiene implicaciones económicas, ya que un mayor número de trabajadores en activo contribuye al sistema de pensiones.
### Impacto Económico y Brecha Generacional
El gasto en pensiones ha seguido una tendencia ascendente, alcanzando los 13.620 millones de euros en agosto, lo que representa un aumento del 6,17% en comparación con el mismo mes del año anterior. Este crecimiento en el gasto se produce en un contexto donde la pensión media del sistema se sitúa en 1.312,9 euros mensuales, un 4,5% más que en 2023. La pensión media de jubilación, que beneficia a aproximadamente 6,5 millones de personas, asciende a 1.507,55 euros, lo que también refleja un aumento con respecto al año anterior.
Sin embargo, a pesar de estos incrementos, se observa una creciente brecha generacional en el ámbito de los ingresos. Los nuevos jubilados han recibido, de media, 1.613 euros mensuales, cifra que se eleva a 1.722,5 euros en el Régimen General. En contraste, el salario medio de los trabajadores menores de 30 años es de 1.502 euros brutos en 14 pagas, lo que indica una diferencia de aproximadamente 200 euros. Para los jóvenes de entre 20 y 24 años que están en su primer empleo, esta brecha se amplía a más de 635 euros.
Este desfase en los ingresos entre jubilados y trabajadores jóvenes plantea un debate sobre la sostenibilidad del sistema de pensiones a largo plazo. A medida que más jóvenes ingresan al mercado laboral, la preocupación por la capacidad del sistema para mantener pensiones adecuadas se intensifica. La disparidad en los ingresos también puede influir en las decisiones de jubilación de los trabajadores más jóvenes, quienes podrían optar por retrasar su jubilación en busca de una pensión más sustancial.
En el contexto actual, donde la edad de jubilación se está alineando más con la edad legal, es fundamental considerar cómo estos cambios afectarán la estructura del sistema de pensiones en el futuro. La creciente cantidad de jubilaciones demoradas y el aumento en el gasto en pensiones sugieren que se necesitarán ajustes en las políticas para garantizar la viabilidad del sistema a largo plazo. A medida que la población envejece y la fuerza laboral se transforma, el diálogo entre generaciones sobre la sostenibilidad y el futuro del sistema de pensiones será crucial para abordar estos desafíos.