En la vida cotidiana, a menudo nos encontramos atrapados en una rutina de hábitos automáticos. Desde revisar el móvil sin razón aparente hasta observar números en el reloj, muchas de nuestras acciones son impulsadas por patrones que apenas notamos. Sin embargo, estos momentos pueden ser utilizados de manera efectiva para influir en nuestro subconsciente y, por ende, en nuestras decisiones y comportamientos. Javier Botía, un experto en mentalismo y comportamiento humano, ha desarrollado una técnica que promete ayudar a las personas a reprogramar su mente utilizando números que captan su atención, como el famoso 11:11.
### La Técnica del 11:11: Un Disparador Mental
La propuesta de Botía es sorprendentemente sencilla: cada vez que veas un número que te llame la atención, como las 11:11, debes detenerte y repetir una frase en primera persona que refleje tus objetivos. Por ejemplo, podrías decirte: «Yo soy capaz, voy a lograrlo, ese coche es mío». Esta técnica, que él considera infalible, se basa en la idea de que estos números actúan como interruptores en nuestra mente, activando un proceso de reprogramación subconsciente.
Botía explica que el subconsciente es la parte de nuestra mente que toma decisiones sin que seamos conscientes de ello. Es el responsable de nuestras reacciones automáticas y de cómo percibimos el mundo. Por lo tanto, si introducimos mensajes positivos en esta parte de nuestra mente, podemos influir en nuestras acciones y emociones de manera significativa. La repetición de afirmaciones positivas en momentos específicos puede ayudar a moldear nuestra identidad y nuestras creencias.
La técnica del 11:11 no es solo un truco de autoayuda; tiene fundamentos científicos. La psicología ha estudiado durante años cómo las afirmaciones y la repetición de mensajes positivos pueden impactar nuestro comportamiento. Al repetir frases que refuercen nuestra autoestima y capacidades, activamos áreas del cerebro relacionadas con la toma de decisiones y la identidad personal. Esto significa que, al aprovechar esos momentos en los que nuestra atención se detiene, podemos entrenar nuestra mente para que registre y asimile estos mensajes positivos.
### La Ciencia Detrás de la Autoafirmación
La autoafirmación es un concepto ampliamente estudiado en la psicología. Se refiere a la práctica de repetir afirmaciones positivas que refuercen nuestra autoestima y nos ayuden a enfrentar desafíos. Investigaciones han demostrado que esta práctica puede tener efectos positivos en nuestra salud mental y bienestar general. Al repetir mensajes positivos, no solo mejoramos nuestra percepción de nosotros mismos, sino que también influimos en nuestras emociones y comportamientos.
El cerebro humano tiene una tendencia natural a fijarse en patrones repetitivos. Por lo tanto, cuando vemos números como el 11:11 de manera recurrente, nuestro cerebro comienza a asociarlos con momentos de reflexión y autoafirmación. Botía utiliza esta idea para sugerir que, al detenernos y decirnos algo positivo en esos momentos, estamos creando un hábito que puede transformar nuestra mentalidad.
La clave está en la consistencia. Al igual que los niños forman sus creencias a través de la repetición, nosotros también podemos hacerlo. Si constantemente nos decimos que somos capaces y que podemos lograr nuestros objetivos, comenzaremos a creerlo. La mente graba todo lo que le decimos, y es nuestra responsabilidad elegir qué mensajes queremos que se asienten en nuestro subconsciente.
Botía enfatiza que no se necesita creer en lo místico para que esta técnica funcione. Lo que realmente importa es entender cómo funciona nuestro cerebro y cómo podemos aprovechar esos momentos de atención para introducir mensajes positivos. La práctica de la autoafirmación puede ser una herramienta poderosa para aquellos que buscan mejorar su vida personal y profesional.
La técnica del 11:11 es solo una de las muchas formas en que podemos utilizar la autoafirmación para reprogramar nuestra mente. Al ser conscientes de los momentos en los que nuestra atención se detiene, podemos aprovecharlos para fortalecer nuestra autoestima y motivación. En un mundo lleno de distracciones, esta práctica sencilla puede ser un cambio de juego en la búsqueda de nuestros objetivos y sueños.