La crisis provocada por la pandemia de COVID-19 llevó a muchos gobiernos a implementar medidas extraordinarias para proteger el empleo y la economía. En España, los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) se convirtieron en una herramienta clave para salvaguardar millones de puestos de trabajo y ayudar a las empresas a sobrevivir en tiempos de incertidumbre. Sin embargo, un reciente informe del Tribunal de Cuentas ha puesto en tela de juicio la gestión de estas ayudas, revelando que más del 40% de los ERTE concedidos están bajo sospecha de fraude.
### Deficiencias en la gestión de los ERTE
El Tribunal de Cuentas ha señalado que durante la concesión y gestión de los ERTE, se cometieron numerosas deficiencias que han llevado a la identificación de irregularidades en la mitad de las empresas que solicitaron estas ayudas. En total, se estima que 278.757 empresas, que representan aproximadamente el 50% de las que se acogieron a los ERTE, podrían haber incumplido las normativas establecidas. Esto afecta a alrededor de 1,7 millones de trabajadores, lo que equivale al 40% del total de beneficiarios de estas ayudas.
El informe destaca que la falta de un sistema de verificación adecuado permitió que se concedieran ERTE sin la debida comprobación de la existencia de fuerza mayor, un requisito esencial para su aprobación. Durante el estado de alarma, el colapso en los organismos encargados de gestionar estas ayudas, como el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), llevó a una tramitación apresurada y desorganizada. Esta situación generó un caos administrativo que facilitó la concesión de ayudas sin la debida supervisión.
Además, la falta de una aplicación informática específica para la gestión de los ERTE complicó aún más la situación. Esto resultó en la emisión de resoluciones contradictorias y duplicadas, lo que generó confusión y falta de claridad en el proceso. La falta de coordinación entre las diferentes autoridades laborales también contribuyó a la ineficiencia en el control de los ERTE, permitiendo que algunos expedientes fueran autorizados por organismos no competentes.
### Consecuencias y recomendaciones del Tribunal de Cuentas
El informe del Tribunal de Cuentas no solo señala las irregularidades, sino que también plantea serias preocupaciones sobre el futuro de las empresas y trabajadores afectados. Se han identificado 10.896 beneficiarios de prestaciones por desempleo que no comunicaron su situación de inactividad a la Tesorería General de la Seguridad Social, lo que podría resultar en la necesidad de devolver las ayudas recibidas. Esta situación podría desembocar en multas y sanciones para las empresas implicadas, aunque la carga de trabajo de los inspectores de trabajo podría dificultar la implementación de estas medidas.
El Tribunal de Cuentas ha recomendado la implementación de un sistema informatizado para la tramitación de los ERTE, así como un protocolo de intercambio de información entre las autoridades laborales competentes. Estas medidas son esenciales para garantizar una gestión más eficiente y transparente de las ayudas en el futuro. Asimismo, se sugiere que el SEPE revise y analice el reconocimiento de las prestaciones abonadas a aquellos beneficiarios cuya situación de inactividad no fue comunicada adecuadamente.
A pesar de las deficiencias en la gestión, el Tribunal de Cuentas reconoce que los ERTE jugaron un papel crucial en la protección del empleo durante los primeros meses de la pandemia. Sin embargo, los efectos positivos de estas medidas se han visto diluidos con el tiempo, ya que a fecha de mayo de 2024, 411.310 empresas que inicialmente se acogieron a los ERTE seguían inactivas, y solo el 62,21% de los trabajadores había regresado a sus puestos de trabajo. Esto pone de manifiesto la necesidad de una revisión exhaustiva de las políticas implementadas y su efectividad a largo plazo.
La situación actual plantea un desafío significativo para el Gobierno español, que deberá abordar las irregularidades detectadas y garantizar que las ayudas futuras se gestionen de manera más eficiente y transparente. La confianza en las instituciones y en la gestión de las ayudas públicas es fundamental para la recuperación económica y la estabilidad del mercado laboral en el país. La implementación de las recomendaciones del Tribunal de Cuentas será crucial para evitar que situaciones similares se repitan en el futuro y para asegurar que las ayudas lleguen a quienes realmente las necesitan.